Top Mantra
Nada le afecta
«Antes, coreaba los insultos recibidos (¡“Perro Sanxe”!), ¡se hacía camisetas con ellos!… Ya no»
Juran que Sánchez es imperturbable como el cambio climático. Aunque, verbigracia, parece que le hizo mella la calificación de «cobarde» con que sus adversarios lo tacharon después de su visita a Paiporta, tras la riada, pasados muchos días de la tragedia. Paseaba junto al Rey cuando un pobre desgraciado (RAE: «Que padece desgracias o alguna desgracia», por ser víctima de la desgracia que provocó la riada) perdió los nervios al verlo. De inmediato, él y sus innumerables escoltas huyeron corriendo, mientras los Reyes recibían un baño del famoso fango, símbolo de estos tiempos. No es agradable ser tachado de cobarde. Tampoco que lo relacionen a uno con la prostitución. Pese a la dureza de ánimo que todos –amigos y enemigos– le atribuyen, estas cosas deben pesar en su autoimagen y su propia estimación, en su tratamiento facial habitual. No es cómodo arrostrar la carga de dar la espantada ante los peligros más pequeños, tener fama de persona asustadiza que teme al pueblo llano, de aprensivo social, pávido político. O usufructuario del proxenetismo. Esa mochila abrumaría a Hércules. Las palabras pesan mucho, las condenadas. Por eso, inmediatamente después de lo de Paiporta, aprovechando un congreso del Pesoe madrileño, el jefe de los socialistas madrileños, españoles y mundiales –también es presidente de la Internacional Socialista, un «socialista universal», digamos…–, se fotografió con un cartel gigantesco detrás donde se leía «Valiente», «Izquierda Valiente», aunque lo de «Izquierda» en las imágenes ni se veía, solo destacaba la palabra «Valiente» como fondo de escenario para PS. Cuando lo de Cerdán, fue «España responde» (él, pasó palabra). ¡No es de teflón! ¡Nooop…! Estos escenarios propagandísticos lanzan el ansioso mensaje: «No creáis lo que veis. Soy el más feminista. No soy cobarde, soy valiente. ¿Acaso no lo dice bien claro el letrero?». La cartelería propagandística que utiliza en vídeos e imágenes varias, luce la palabra contraria al calificativo que haya recibido nuestro Primer Ministro. Si «Cobarde», imprime «Valiente». Si «Opaco», proclama «Responde». Si «Atrasado», dice que «Avanza»… Antes, coreaba los insultos recibidos (¡«Perro Sanxe»!), ¡se hacía camisetas con ellos!… Ya no. Y Boyé dice que «nadie quiere fotos con él». Excepto los carteles de fondo.