Historias del mundo

Los nudistas contra el teleférico

«Además de la oposición de algunos partidos del ayuntamiento de Viena, han surgido nuevos detractores a este funicular»

Llevan casi diez años desarrollando un macroproyecto para construir un teleférico en Viena y casi tienen la luz verde. Los habitantes de la capital austriaca visualizan las ventajas de un nuevo modo de transporte que los llevará hasta la popular montaña de Kahlenberg en apenas 20 minutos. Este pico es accesible tras 4 horas de marcha o tras una lenta subida en coche por carreteras adoquinadas. En un día claro no sólo se contempla Viena y su planicie, sino también el pico Schneeberg, a 65 km.

Las infografías de la constructora explican que el coste del proyecto será de 70 millones, habrá cuatro paradas en el trayecto en forma de «U» y, en total, se realizará un cableado de unos 5,6 km. El promotor Hannes Dejaco ya ha realizado varias modificaciones para intentar contentar a las sucesivas autoridades austriacas. Por fin, en segunda instancia y por decisión del Tribunal Administrativo Federal, dispone de una concesión para la construcción y explotación de este teleférico durante un periodo de 50 años. Entre los beneficios, Dejaco defiende que el telecabina podría reducir hasta un 50% el tráfico de coches que sube hasta el Kahlenberg.

Sin embargo, además de la oposición de algunos partidos del ayuntamiento de Viena, han surgido nuevos detractores a este funicular. Una de las atracciones de este teleférico es su paisajística ruta. Sale desde Heiligenstadt, una zona de la capital con numerosas accesos de transporte público, y cruza el Danubio, con parada en la Isla del Norte, para después internarse por el monte. Y es aquí donde ha surgido la mayor resistencia. La comunidad naturista de Floridsdorf se opone al teleférico. Temen convertirse en parte del atractivo del nuevo proyecto y, sobre todo, ven peligrar su remanso de paz. En la era de los teléfonos móvilesy redes sociales, Barbara Hausjell confiesa que «no quiero terminar en internet». La nudista de 72 años ha reconocido a «Die Presse» que ella se broncea regularmente en verano en esta zona libre de ropa a orillas del Danubio. Si finalmente pasan las góndolas por encima supondría un varapalo para ella. «Viajar por un tramo tan largo es casi una invitación a sacar la cámara. La intimidad se verá gravemente perturbada».

Dejaco ha intentado tranquilizar a los naturistas. Por un lado, explica que sólo serán 200 metros. Por otro, promete opacar los cristales de las ventanas panorámicas de los 115 funiculares, durante este peculiar tramo de su aún no construido proyecto. Pero los nudistas no se fían y prometen dar la batalla.