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Tribuna
Hoy nuestros soldados y marineros gozan de mejores condiciones de vida. Y nos alegramos. Pero estoy seguro de que servirían con el mismo empeño, si las condiciones no fuesen las mismas
En principio, sin olas de calor.
Algo más de 80 artilleros ubicados en la base aérea de Lievarde situada a 54 kilómetros de Riga, la capital de Letonia, operan una Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA) equipada con el sistema NASAMS (1) cubriendo parte de la defensa antiaérea del flanco este de la OTAN. Vocación clara de disuasión, frente a amenazas aéreas rusas, tanto de misiles, aeronaves tripuladas o no tripuladas (UAS/Drones). Comparten la base con unidades letonas, canadienses y norteamericanas, asegurando su interoperabilidad con los sistemas de mando y control de la OTAN, bajo el mando directo del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de Uedem (Alemania) y del más próximo de Control e Información de Letonia.
El sistema móvil tierra-aire NASAMS, opera en España desde 2003. Su actualización se ha emprendido este mismo año. Utiliza el misil AMRAAM con alcance de 25 kilómetros a la velocidad de 2 mach. Lo guía un radar «Sentinelle» que cubre un frente de 75 kilómetros, que constituye los verdaderos «ojos» del sistema, concebido como «superpuestas capas de cebolla». La Policía Aérea que opera en los cielos bálticos, en la que también participa España, constituye su primera capa. De iniciativa noruega, fabricado por su empresa Kongsberg, el NASAMS se asocia a la imperiosa necesidad que han sentido los países nórdicos de defenderse ante una posible amenaza rusa, adaptando medidas que puedan contrarrestar específicamente sus sistemas de armas. Asociada a la norteamericana Raytheon, utilizan a la española IZAR para sus programas de modernización. La capacidad de reacción del sistema es de segundos, lo que exige para su cobertura, 24 horas de servicio al día que cubren los sirvientes de los seis lanzadores de misiles –que pueden operar al mismo tiempo–, del radar y del Centro de Gestión del Fuego para la detección, seguimiento y neutralización en su caso, de la amenaza aérea.
¿Qué entraña este esfuerzo?, le pregunto al comandante De Coig-O´Donnell, que manda la unidad: «Reforzar el mensaje de que la presencia española forma parte de una estrategia defensiva proporcional y coordinada de la OTAN; comunicar con claridad que el despliegue no tiene carácter ofensivo, sino disuasorio y de protección de los estados bálticos; subrayar el valor añadido que aportan nuestras Fuerzas Armadas a la seguridad internacional y su dominio tecnológico con sistemas de vanguardia como el actualizado NASAMS».
Se suma a las palabras pronunciadas por nuestro Rey a finales de junio en Brujas, en la clausura de curso del Colegio de Europa: «Vivimos momentos de gran agitación geopolítica; tiempos en que el multilateralismo, el atlantismo y el orden internacional basado en normas, sufren una clara erosión»; «la fuerza, la verdadera fuerza proviene de la razón, de un profundo sentimiento ético y de la voluntad de actuar en consecuencia»; «Europa, que nació tras dos terribles guerras mundiales, es uno de los mayores y más sabios productos de la razón». Coinciden, en que estamos obligados a reaccionar, porque la clara intención y aspiración europea de evitar que volviese la guerra a su suelo, se ha violado en Ucrania, sin poder asegurar que no se continúe violando.
Cuando les pregunto sobre su vida en la base letona y cómo llevan sus familias la separación de seis meses, solo encuentro palabras de aceptación orgullosa del esfuerzo. Por esto, cuando leo con extrañeza que un conocido novelista, antiguo corresponsal de guerra, dice desconfiar de valores como el patriotismo, pienso en estos miles de jóvenes hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas que, en el interior y exterior de nuestro suelo, asumen junto a sus familias, veraneos diferentes a los del resto de españoles. No lo hacen solo por el valor de sus soldadas, porque hay un claro componente de patriotismo en su comportamiento. Podría ser duro con estos juicios de valor, que relata el novelista con indiscutible maestría periodística, pero defiendo, como actor y como testigo privilegiado, las diferencias de vida sobre el terreno de nuestros soldados y marineros comparadas con las suyas, –aun asumiendo riesgos– con diferencia, más acomodadas.
Hoy nuestros soldados y marineros gozan de mejores condiciones de vida. Y nos alegramos. Pero estoy seguro de que servirían con el mismo empeño, si las condiciones no fuesen las mismas. Como lo hicieron aquellas primeras unidades que llegaron con el coronel Jaime Coll a Bagdad en 2002, los que aterrizaron en el Lourenço Márquez mozambiqueño en 1990 o aquellos que resistieron los bombardeos en Sarajevo o Mostar.
«Juntos somos más fuertes», acaba diciéndome De Coig, «orgullosos de llevar la Bandera de España más allá de nuestras fronteras». Aunque alguien quiera ponerlo en duda. Indiscutible valor añadido el del patriotismo.
(1) National (Norvegian en el original) Advanced Surface to Air Missile System)
Luis Alejandre Sinteses general (R). Academia de las Artes y Ciencias Militares.
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