Aerolíneas

Trump vuelve a dar alas a la china Comac para competir con Airbus y Boeing al permitir a la americana GE que reanude el suministro de motores para el avión C919

La administración estadounidense había prohibido la venta de los propulsores en el marco de las tensiones comerciales por los aranceles

El C919 sale del hangar de la compañía en el aeropuerto de Shangai
El C919 sale del hangar de la compañía en el aeropuerto de Shangailarazon

Donald Trump había tomado medidas en el marco de la guerra arancelaria para estrangular el esfuerzo de la empresa estatal aeronáutica china Comac de competir con Boeing y Airbus. Pero la relajación de las tensiones comerciales entre ambos países va a permitir que la compañía asiática siga con la producción del avión con el que quiere romper el duopolio aeronáutico, el C919.

Semanas atrás, en plena tensión comercial entre ambos países, la Casa Blanca prohibió a GE Aerospace suministrar el fabricante chino los motores LEAP-1C que monta su avión como una de las medidas de respuesta a las restricciones de exportación de tierras raras e imanes que impuso China en abril.

Ahora, alcanzada una aparenten entente entre ambas partes, el Gobierno estadounidense ha dado luz verde al fabricante americano para que reanude al envío de propulsores que fabrica junto a la francesa Safran a Comac, según ha asegurado la agencia Reuters.

Comac está dando pasos poco a poco para convertirse en un suministrador global de aviones dado que, ahora mismo, sus aparatos sólo pueden volar en China. La compañía dispone de un modelo, el C919, que aspira a competir con el Airbus A320 y el Boeing 737 y cuya cartera de pedidos superaría ya los 1.000 aunque en este momento sólo tenga en el aire 18.

Ahora mismo, la compañía china trabaja para lograr homologar este aparato en Europa y que pueda ser adquirido por aerolíneas del Viejo Continente. En una reciente entrevista al medio francés "L'Usine Nouvelle", el director de la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (AESA), Florian Guillermet, explicó que sus técnicos necesitarán entre tres y seis años todavía para conceder el certificado que permita a este avión chino volar en Europa.

Guillermet explicó que este proceso implica procedimientos como la validación del fuselaje y sus componentes, así como vuelos de prueba. No obstante, se mostró seguro de que Comac logrará finalmente certificar su aparato.

Interés

Tampoco las tiene el consejero delegado de Ryanair, Michael O`Leary, que en otra entrevista aseguró que si el C919 es competitivo en precio, no dudarán en adquirirlo cuando esté certificado. "Los chinos están construyendo un maldito A320. Así que si fuera lo suficientemente barato -un 10 o un 20 % más barato que un Airbus-, lo pediríamos", declaró O'Leary.

El precio es, precisamente, la principal ventaja competitiva del C919. Mientras que el coste de uno de los aparatos chinos se estima en el mercado en unos 70 millones de dólares, el de un 737 de Boeing oscila en catálogo entre los 85 y los 115 millones y el de un A320, entre los 100 y 110 millones.

Tecnológicamente, el C919 no estaría tan atrasado como se podría pensar puesto que, como afirman desde el sector, es casi «una copia» de sus competidores. El avión se desarrolló en su primera fase con componentes suministrados por empresas occidentales y EE UU ha acusado a Comac de robar secretos para desarrollarlas después con tecnología propia. De hecho, varios de sus componentes siguen siendo suministrados por compañías occidentales. Honeywell Aerospace, por ejemplo, suministra un sistema de potencia auxiliar, ruedas y frenos, un paquete de control de vuelo y un paquete de navegación del avión.