Sin Perdón

La patética «pax catalana» de Sánchez

«En el caso de que se perpetre la amnistía, será uno de los actos más indignos de la Historia de España»

Puigdemont y Junqueras le han tomado la medida a Sánchez. No se fían y quieren cobrar por anticipado. Lo único que le importa es su futuro político. Está dispuesto a lo que sea con tal de lograr la investidura. No es una excepción, porque la Historia está llena de políticos dispuestos a cualquier cosa como César Borgia. Los independentistas han conseguido, tal como recuerdan con recochineo, la amnistía a cambio de la Mesa del Congreso y ahora exigen el referéndum si quiere seguir en La Moncloa. A pesar del retroceso electoral y el desinterés que provocan en la mayoría de la sociedad catalana, los independentistas que impulsaron la rebelión se sienten fuertes porque pueden chantajear al presidente en funciones. La realidad objetiva es que Cataluña no necesita ninguna amnistía para lograr la tranquilidad, porque no existe intranquilidad que la perturbe. Es otra de las grandes mentiras del sanchismo. No hay nada que pacificar. Nunca lo ha habido. Sánchez no conoce mi tierra. Es otro de los políticos cortoplacistas que se creen expertos en el carácter catalán y su identidad gracias a cuatro informes del CNI, las reuniones con los habituales horteras nuevos ricos, alguna visita rápida y las interpretaciones de los Illa de turno.

No conoce la Historia, la cultura y el idioma, aunque también les sucedía a los líderes del PP y el PSOE. El nacionalismo es una enorme mentira sin fundamento histórico y al servicio, como las anteriores «rebeliones de los catalanes», de las élites dirigentes. La convocatoria del 1-O demostró ayer, una vez más, el patetismo, división y decadencia del independentismo. La rendición de Sánchez es una vergüenza, porque es innecesaria. No hay ningún fundamento político o social para conceder una amnistía que es inconstitucional. Al margen de la discusión jurídica, alentada por la ignorancia de los servidores del sanchismo, no hay nada que pacificar. Sánchez regala la amnistía en un acto de Derecho Privado con el objetivo de comprar la presidencia del Gobierno. No es Derecho Público, sino Mercantil. En el caso de que se perpetre, será uno de los actos más indignos de la Historia de España.