
Canela fina
Las camelancias de la «fontanera»
«La ‘fontanera’ espía Leire Díez se proclama periodista, pero en treinta años de ejercicio profesional no aparecen compañeros de redacción»
He dejado pasar una semana para tener constancia de la reacción de los profesionales. Ejercer el periodismo durante casi treinta años supone participar en la Redacción que mantienen los periódicos impresos, hablados, audiovisuales o digitales. ¿Quiénes son, cómo se llaman los compañeros de Leire Díez? ¿Cómo es posible que ninguno de ellos haya salido a hablar de ella? ¿Quiénes fueron sus jefes de sección, sus jefes de redacción, sus directores? ¿Por qué los periodistas que compartieron con ella el ejercicio profesional no dicen nada? Todos hemos trabajado en la Redacción con otros compañeros, cumplido órdenes de jefes de sección y redacción, instrucciones de los directores.
Risto Mejide, que es una estrella de la televisión, acorraló durante una entrevista sabia a Leire Díez y puso al descubierto las camelancias de la «fontanera» sanchista que ha ejercido el espionaje en favor de los intereses de su líder. Tampoco se tiene en pie lo del libro y su precontrato. Difícilmente una editorial se resistirá a proclamarse propietaria de los derechos de un libro potenciado por la propaganda mediática derivada de la «fontanera» sanchista.
La culpa de tanta camelancia no la tiene Leire Díez. Corresponde a los dirigentes sanchistas que le han dictado lo que tenía que hacer cuando se descubrió el pastel. La exigieron que se convirtiera en periodista y autora de un libro para enmascarar la reprobable acción del espionaje político. Y lo han hecho con tal torpeza que la entera declaración de Leire Díez ha pasado a la historia como una burda mentira.
No les falta razón a algunos líderes socialistas cuando afirman que si Sánchez no quiere perjudicar a alcaldes y presidentes, debería convocar elecciones ya y liberar a los dirigentes socialistas de tanto despropósito y tanta engañifa. La realidad no puede ser más clara. Para conservar el poder, Sánchez está haciendo toda clase de concesiones que socavan la dignidad de España, pero que le garantizan el apoyo de los separatistas de Cataluña y País Vasco.
Lo que está ocurriendo es una afrenta a la decencia política. La opinión pública se ha dado cuenta de la situación y las encuestas serias certifican el descalabro de un Sánchez, dispuesto a resistir hasta el final con la esperanza de que la situación sufra un cambio como, por cierto, ha ocurrido en otras ocasiones.
Luis María Anson, de la Real Academia Española
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