Editorial

El peligroso futuro del bloqueo político

Concentrar el voto en Núñez Feijóo, la única alternativa con opciones para que el cambio se imponga, es necesario y sensato.

Superado el ecuador de la campaña, enfilamos la última semana convertida en una recta final crítica en la que se dirimirán cuestiones cruciales en torno al veredicto final de la ciudadanía en las elecciones generales del 23 de julio. Por supuesto, las cartas de los diferentes partidos se encuentran sobre la mesa incluso mucho antes de que arrancara este agotador periodo de citas con las urnas, rematado por la inclasificable arbitrariedad de Pedro Sánchez de mandar a los españoles a votar bajo unas condiciones térmicas extremas, además de violentar a sabiendas el descanso vacacional. Fuera de la estrategia de la mentira, el insulto y la brocha gruesa que han puesto en práctica los candidatos de la izquierda, con una obcecación pasmosa por el discurso del miedo cuasi apocalíptico, el llamamiento al voto útil a izquierda y derecha se ha convertido en la idea fuerza de los cuarteles generales de las formaciones en estos instantes de vértigo e incertidumbre sobre el escenario parlamentario que habrá que manejar acabado el escrutinio y conocido el fallo de la soberanía popular. A cuatro días de que termine la campaña y a siete días de las elecciones, las tendencias parecen consolidadas y se agitan las especulaciones sobre si existe espacio temporal y clima de opinión para que se produzca un vuelco al desenlace que describe el consenso demoscópico en este momento. Por supuesto, la suerte se encuentra lejos de estar echada, y sería de escasa inteligencia política y de una suficiencia absurda colegir que los sondeos garantizan victorias. Pedro Sánchez, que se sabe por detrás, tiene por delante opciones reales de alcanzar un resultado que obstaculice la formación de un gobierno que no esté presidido por él y esa parece ser una baza en la presente coyuntura, convencido de que renovar Frankenstein es un objetivo lejano. Esa minoría de bloqueo no es algo nuevo ni incómodo para la izquierda, cuando procede antisistema, acostumbrada a forzar repetición de comicios supeditando todo interés al propio. En ese caso, la trayectoria avala de sobra al presidente. Ese escenario que el PSOE y el resto de sus socios contemplan como un mal menor representa en realidad una pésima noticia para la nación, a la que urge certidumbre y estabilidad y poner en marcha el proyecto regeneracionista que derogue el sanchismo. Una mayoría suficiente para Alberto Núñez Feijóo no se explica únicamente en la conveniencia de no depender de otros en la acción de gobierno de una legislatura trascendental para España, sino también en salvar la parálisis y el colapso consecuentes que acarrearía que el bloqueo quedara al albur de Sánchez. Hoy, es el último día para publicar encuestas y la de LA RAZÓN no alienta el optimismo para las filas gubernamentales. En todo caso, concentrar el voto en Núñez Feijóo, la única alternativa con opciones para que el cambio se imponga, es necesario y sensato.