Canela fina
Puigdemont exige a Sánchez referéndum de independencia
«A Pedro Sánchez no le será fácil poner en marcha lo que el prófugo golpista Puigdemont le exige: un referéndum de independencia en Cataluña»
A Pedro Sánchez le quedan dos años en el disfrute del palacio de la Moncloa. El prófugo golpista Carlos Puigdemont ha decidido exigirle un referéndum de independencia si no quiere que una moción de censura le descabalgue del poder y le obligue a abandonar la silla curul monclovita. Y el tiempo apremia.
El presidente del Gobierno sabe que no puede prescindir de los separatistas catalanes. Los necesitará también si, tras las elecciones de 2027, las encuestas serias se equivocaran y el sanchismo pudiera mantener la situación actual. Pedro Sánchez teme, si pierde, que no pasará del Gobierno a la oposición sino al riesgo, él y los suyos, de sentarse en el banquillo con el tenebroso horizonte de la cárcel y el descrédito.
Como la Constitución excluye la posibilidad de un referéndum como el que exige Puigdemont, y ni siquiera la inteligencia de Conde Pumpido podrá burlar la Carta Magna, el prófugo golpista cuenta con que el sanchismo negociará enmascaradamente con él. Tanto Junts como ERC estarían dispuestos a sortear la Constitución, aceptando un referéndum no vinculante y, después de ganarlo, manipular las votaciones y construir un relato falsamente democrático. Los catalanes votaron en favor de la independencia, repetiría hasta la saciedad Puigdemont ante el mundo internacional.
Konrad Adenauer, aquel anciano sagaz, al que entrevisté en Hamburgo siendo yo casi adolescente, aseguraba que lo peor en política es caer en las trampas del rival. Son muchos los que piensan en que Sánchez, para permanecer en el poder, estará dispuesto a aceptar un referéndum no vinculante sobre la independencia de Cataluña.
Y que las negociaciones entre el prófugo golpista y el líder sanchista se encuentran ya muy avanzadas.
Se enfrentarán Sánchez y Puigdemont en todo caso con una reacción de la Justicia española que, a pesar del Tribunal Constitucional, hará frente a la tropelía. Tampoco callará el Ejército, pues la propia Constitución en su artículo 8 exige: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». Conviene no olvidar que, conforme al artículo 62 de la Constitución, el Rey Felipe VI es «el mando supremo de las Fuerzas Armadas».
No, no le será fácil a Pedro Sánchez poner en marcha la trampa en la que Puigdemont le exige caer.
Luis María Anson de la Real Academia Española