Opinión

Puigdemont tiene las llaves de la Moncloa

Puigdemont forzará nuevas elecciones cuando llegue el momento que más le convenga, todavía no. De momento, quiere acelerar la ley de amnistía y avanzar en el camino de la independencia.

Puigdemont abre y cierra a su antojo la botella de oxígeno que mantiene a Sánchez en el poder. Será la legislatura y corta y de chantaje permanente porque los independentistas no quieren ser parte de la democracia española, es más, aspiran a acabar con el Estado.

El PSOE debe aprobar tres decretos y el tiempo se le termina con la negativa de Junts a votar a favor, la razón es que quieren sancionar a las empresas que abandonaron Cataluña y que decidan no volver.

No solo es una propuesta que violenta la Constitución, atentando contra el principio de libertad de empresa, e incompatible con el Tratado de la Unión Europea que consagra la libertad de establecimiento, sino que es un ejercicio más de arbitrariedad en el que Puigdemont demuestra que tiene las llaves de la Moncloa.

El PSOE ha acudido al PP para obtener su apoyo, pero Feijóo no es ningún estúpido que, habiendo ganado las elecciones y no habiendo conseguido la investidura por el cordón sanitario que le impuso Sánchez, vaya a salir al salvamento del PSOE.

Puigdemont forzará nuevas elecciones cuando llegue el momento que más le convenga, todavía no. De momento, quiere acelerar la ley de amnistía y avanzar en el camino de la independencia.

Las condiciones en las que se presentaría a unos nuevos comicios, en principio, no son malas. Junts ha ocupado la pole en el mundo del secesionismo, de manera que el electorado más ultra está fidelizado. ERC ha entrado en seria decadencia por su conchaveo con el PSOE y eso le va a costar en términos electorales.

De ahí que intentar analizar a Puigdemont con la lógica parlamentaria de un sistema democrático es como querer explicar las tácticas de Sánchez a la luz de la lógica política que se ha seguido en los últimos 40 años, sencillamente imposible, porque ambos son outsiders de la política.

Es probable que al final Puigdemont se avenga y saque adelante los tres decretos, no es el momento para él, ni son tan importantes los decretos para sus planes, pero su estrategia en este tema ha sido una auténtica práctica de maniobras militares que le ha funcionado, volviendo a situarse en el centro de la actualidad de la política española.

Que un fugado de la justicia tenga maniatado al país es un éxito indiscutible de Pedro Sánchez que pasará a la historia por su tesón en poner de rodillas al Estado ante quienes quieren acabar con él.