Sin Perdón
Las reacciones autoritarias de Sánchez
«No tiene una ideología clara, es más un movimiento que un partido y le complace gobernar de forma autoritaria»
Le molesta que se hable de sanchismo, pero es incorregible. El ganador de las elecciones, aunque no le guste, ha sido Feijóo. Le envía una carta solicitando una reunión y la respuesta se ajusta a un comportamiento bonapartista. Le iguala a la que mantendrá «con el resto de los grupos». Es posible que consiga la presidencia con el apoyo de los independentistas Puigdemont y Junqueras, así como de Otegi, el antiguo dirigente del aparato político y militar de ETA, pero no se ha enterado de que tendrá en contra el Senado y a la mayor parte de comunidades autónomas y capitales. Necesitará tener permanentemente movilizados a los diputados de este Frente Popular. En lugar de mostrarse educado prefiere la arrogancia sanchista. Es un digno heredero del bonapartismo o el boulangismo. No tiene una ideología clara, es más un movimiento que un partido y le complace gobernar de forma autoritaria. En cualquier momento se hace pintar montado a caballo al estilo del famoso «Napoleón cruzando los Alpes» (1811) de David. Otra opción es inspirarse en la conocida obra «Luis XIV» (1701) de Rigaud.
Lo que necesitamos urgentemente es un pintor que lo retrate en su absoluta magnificencia. La pompa y el esplendor del sanchismo bien merece un hueco en el Reina Sofía o incluso en el Prado. La Moncloa se le ha quedado pequeña. Por ello, debería seguir los pasos de Alcalá-Zamora o Azaña y ocupar el Palacio Real. No entiendo que no responda con cortesía a Feijóo y le conteste que estará encantado en verle para recordarle el «no es no». Estamos en un régimen parlamentario y puede romper la tradición de que gobierne la lista más votada. Está en su derecho, incluso, de asumir con paso firme el camino a la agonía parlamentaria con tal de seguir en La Moncloa. Cuenta con un buen número de corifeos políticos y mediáticos que le animarán en su proceso de blanquear al independentismo y al antiguo aparato político y militar de ETA. Hasta puede invitar a Puigdemont a tomar el té en La Moncloa. Lo prefiere antes que reunirse con el líder del partido más importante de España.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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