El trípode

Una grave crisis: el Islote de Perejil

La UE y la OTAN apoyaron a España, considerando «inamistoso» lo sucedido y demandando la vuelta al estatus de neutralidad anterior

En este mismo día de 2002, fiesta de la Virgen del Carmen, en el Congreso de los Diputados se desarrolló un importante Debate sobre el Estado de la Nación. Una iniciativa parlamentaria establecida por Felipe González con carácter anual, hasta que llegó el sanchismo que «está» en el Gobierno, sin Presupuestos y además sin dignidad, convertido no solo en un «objeto inútil», un «coche sin gasolina», que fue como Sánchez definió al gobierno del PP antes de que los pactara con el PNV. Y que, por medio de Santos Cerdán, a continuación le proporcionó los votos para que ganara la moción de censura hace 7 años. La especial importancia de aquel Debate de 2002 radicaba en la muy delicada situación política creada por Marruecos al haber «ocupado» con un reducido grupo de efectivos un pequeño islote situado en el estrecho de Gibraltar a apenas 250 metros de su costa y a unos 6 km de la costa de Ceuta: el islote de Perejil, con estatus de neutralidad entre España y Marruecos. Aquel Debate concluyó con una resolución aprobada por unanimidad de todos los grupos parlamentarios, exigiendo la evacuación del islote y el restablecimiento de su estatus de neutralidad. La situación se había agudizado en las últimas horas tras haberse convocado desde Rabat una rueda informativa internacional en el islote para la mañana del día siguiente 17 de julio, e incluso iban a facilitar trasladar allí a los corresponsales extranjeros interesados. Esa noche, el Consejo de Ministros acordó que a la mañana siguiente, una vez vencido el ultimátum, una estricta operación militar desalojara a los ocupantes sin violencia e izara una bandera nacional sustituyendo a la marroquí que habían colocado. Al «alba del día siguiente y con fuerte viento de levante» –en expresión de Federico Trillo, ministro de Defensa, en su comparecencia informativa– se materializó la operación militar por efectivos de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra con la cobertura logística adecuada de la Armada y del Ejército del Aire, reforzando además la seguridad de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. Es evidente que Perejil no tenía ningún especial valor geoestratégico, pero dado el precedente de la Marcha Verde y el Sáhara Occidental español, mantener el estatus de neutralidad era necesario. La UE y la OTAN apoyaron a España, considerando «inamistoso» lo sucedido y demandando la vuelta al estatus de neutralidad anterior. La operación se saldó sin víctimas, que fueron entregadas a las autoridades marroquíes en el paso fronterizo ceutí del Tarajal. La mediación del secretario de Estado estadounidense Colin Powell facilitó restablecer la normalidad el 21 de julio. Y se evitó un imprevisible y peligroso conflicto.