Sin Perdón
La rebelión contra Galapagar
«La pregunta es qué aporta Podemos. Y la respuesta es muy clara: nada»
El liderazgo de Pablo Iglesias y sus acólitas está cada vez más debilitado. Las organizaciones territoriales de Podemos se están sublevando para exigir un pacto con Sumar. La victoria de Yolanda Díaz en el escuálido espacio del comunismo y la izquierda antisistema es total. El malestar contra la Corte de Galapagar ha llegado a Madrid, Navarra, Extremadura, Galicia y Canarias. No hay que sorprenderse. Me recuerda la marcha sobre Versalles del 5 al 6 de octubre de 1789. La plebe parisina obligó a Luis XVI y su familia a abandonar el palacio e instalarse en las Tullerías. Otro ejemplo, las guerras civiles inglesas contra Carlos I Estuardo. Las rebeliones se saben cómo comienzan, pero nunca cómo acaban. Robespierre finalizó su sangriento «reinado» del Terror depuesto por los suyos a causa de los excesos de su terrible dictadura. Iglesias encaja muy bien con este siniestro personaje. Los déspotas confunden la realidad por culpa de los delirios que les provoca su poder omnímodo. Tras tantas purgas, ahora contempla la extinción de su proyecto y el rechazo que provoca. Sus dos lugartenientes, Belarra y Montero, son el símbolo de su arbitrariedad y poco ilustrado despotismo.
Tras el desastre electoral del 28-M, Podemos es un lastre. No aporta nada a Sumar. Hace tiempo que comenzó el particular Juego de Tronos contra la cúpula podemita. No aceptan las decisiones de un politburó que solo busca perpetuar en los cargos a un grupo de amiguetes. Todos exigen un pacto inmediato con Sumar, aunque realmente es una rendición incondicional, como exige Yolanda. Algunos han pedido que den un paso al lado los que no quieran la unidad. Es decir, los vicarios de Iglesias. Esta apuesta es, en realidad, purgar al pablismo que se ha convertido en un lastre. Cometió el inmenso error, me refiero para sus intereses, con el dedazo para designar a la vicepresidenta porque esperaba que fuera una sumisa marioneta y no lo ha sido. Sus enemigos, que son una legión como se puede comprobar, le han dado la espalda y apoyan a Yolanda. La pregunta es qué aporta Podemos. Y la respuesta es muy clara: nada.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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