El buen salvaje

Resistirá

Si se airea una Ley de Amnistía que deja sin pena a una panda de delincuentes por siete votos por qué no se legisla para perdonar que un ministro no vigile a su hombre de confianza por otro voto más

Acababa de ver «El león en invierno», la película en la que Enrique II y su mujer Leonor de Aquitania (magníficos Peter O´Toole y Katherine Hepburn) nos dan una lección de cómo conseguir y mantener el poder por encima de la sangre de sus hijos. Película de los años sesenta sobre una historia del siglo XII. Las rencillas y las puñaladas por debajo del vientre son eternas en cuanto alguien quiere llevar la corona y otro ansía quitársela. Ábalos, Leonor en versión 2024, ayudó a que Pedro Sánchez llegara al trono, y ahora el rey de bastos quiere tirar a su ex ministro del caballo de oros para que él mismo pueda seguir cabalgando. No sabemos qué implicación tiene Ábalos en el caso Koldo, por qué habría de dejar el acta si nada está juzgado, pero tampoco sabemos con qué amenaza para no hacerlo, qué sabe o qué puede contar de Santos Cerdán o de un presidente del Gobierno de altos vuelos al que le gusta ir en avión. Hay quien susurra que todo está en el aire. Que lo que ha salido es una pajarita de papel en comparación a lo que vendrá. Cuánto vértigo.

De lo que no hay duda es que la Legislatura será mucho más interesante con un Ábalos resistente dentro de la baraja. Emocionante ver qué votará junto a Podemos, Coalición Canaria y el BNG. En qué momento sacará el as de la manga Ábalos, el que un día fue Gepetto, espera en el Congreso a su Pinocho, y tal vez llore cuando arda.

Si se airea una Ley de Amnistía que deja sin pena a una panda de delincuentes por siete votos por qué no se legisla para perdonar que un ministro no vigile a su hombre de confianza por otro voto más. A los que han intentado peores fechorías se les pone una mullida alfombra y a Ábalos se le retira de la plaza con un par de banderillas. El mismo Ábalos y el mismo Sánchez que montaron una moción de censura para echar a Rajoy por una sentencia de la Gürtel. A los que iban de toreros se le está poniendo cara de maletillas. Es la misma historia de siempre. El león quiere comerse a la hiena y no sabe cómo.