Y volvieron cantando

«Reventar» a la derecha

Deja al descubierto el paralelismo de la izquierda podemita española con los más repugnantes tics del comunismo a lo largo de su historia. Si el poder se te niega por la vía de las urnas hay otros métodos para tocar los cielos

Pablo Iglesias Turrión, fundador, alma y líder de Podemos –que todavía sigue siéndolo a pesar de no ostentar ni escaño ni responsabilidades orgánicas– ha puesto ya sobre la mesa en persona y sin necesidad de que lo hagan Ione Belarra, Irene Montero o el portavoz Pablo Fernández, las credenciales de lo que se pretende sea la formación morada, no solo en lo que resta de renqueante legislatura, sino en el horizonte que se atisbaría a partir de un posible regreso de la derecha al poder. Cuando Iglesias habla de «reventar» a la derecha a modo de ofrecimiento a Pedro Sánchez, lo está haciendo desde la más total ausencia de complejos de quien abraza la estrategia guerracivilista como máxima de su actuación política. Lo del ex vicepresidente del Gobierno en la pasada legislatura puede resultar inquietante, pero sobre todo deja al descubierto el paralelismo de la izquierda podemita española con los más repugnantes tics del comunismo a lo largo de su historia. Si el poder se te niega por la vía de las urnas hay otros métodos para tocar los cielos.

Después de haber sido parte importante de un Consejo de Ministros con las consiguientes decepciones de cara a su feligresía una vez alcanzado el poder y mostrando una nula capacidad de gestión, sumado a ello el asunto del chalet de Galapagar y el definitivo descalabro en las elecciones autonómicas madrileñas donde sus ínfulas antifascistas practicaron el vuelo sin motor previo puntapié electoral de Díaz Ayuso, Iglesias sabe mejor que nadie que su formación no va a regresar a las cuotas de setenta escaños, sencillamente porque la bagatela ideológica que en su momento pudo servir, ahora está más que amortizada. También sabe que la máxima aspiración de los suyos pasa si acaso por fagocitar a los restos del naufragado Sumar de Yolanda Díaz a la que solo queda cerrar su círculo en alguna lista del PSOE, pero en todo caso, nada más allá de un discreto grupo parlamentario en el Congreso y ahí es donde aparece el gen comunista y de más rancio populismo bolivariano en el aventajado alumno chavista. Se trata de combatir a las «brigadas patrióticas» de jueces «fachas», de tomar instituciones del Estado y sobre todo, de entrar a saco en los medios de comunicación, obsesión esta nunca ocultada por Iglesias. Todo vale para «reventar» a la derecha. Muy inquietante.