cuartel emocional
Ser o no ser
Muchos hemos caído en el escepticismo y hasta en la abulia y todo empiece a darlos igual
Creo que pocos motivos tenemos ya para confiar en el género humano, pero a veces alguien nos sorprende mostrando una actitud gallarda y decente, como Lambán, que tan poquita cosa nos parecía en el momento preciso decidió salirse de la Cámara Alta para no votar en favor de la embarrada ley de amnistía, ese charco de pocilga donde se refocila Sánchez para someterse a la voluntad de Puigdemont y seguir contando con esos 7 votos en el Congreso de los Diputados y continuar reinando en la política española. Lambán, un hombre de cejas tristes y carrera política fracasada, a quien hoy se le podría dar un apretón de manos mirándole a los ojos y felicitándole por lo que otros no tienen la hombría de hacer, Page sin ir más lejos, que mucho habla y poco emprende, teniendo a su alcance la magnífica oportunidad de demostrar sus agallas, ordenando a sus diputados que voten no. Pero es el arquetipo del que tira la piedra y esconde la mano, cobarde por definición, que no da ese paso definitivo e importante por miedo a que le afecte a sus garbanzos. Hubo un tiempo en que los políticos eran algo más que eso, políticos, quiero decir que el puchero estaba en casa asegurado. Un ejemplo palmario lo tenemos hoy en quien ha dejado el puestito en manos de otro, Aragonés, porque nunca le va a faltar dinero en el bolsillo. Es lo que tiene saberse con una seguridad económica por familia o, bien, mostrar una carrera lo suficientemente sólida como para no supeditarse al sueldito del Parlamento.
Otro hay que también se refocila en la mugre, Álvaro García, Fiscal General cuya integridad está más que cuestionada, a quien se le pueden caer los ricitos por un quítame allá esas filtraciones, en este caso de datos del novio de Ayuso. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo tiene cercado; es muy probable que la cosa se le ponga fea y tenga incluso que irse, regresar a las provincias de donde procede, a interrogar delincuentes o personas injustamente imputadas como venía haciendo hasta que le tocó en suerte el cargo que hoy ostenta. Lo que pasa es que muchos hemos caído en el escepticismo y hasta en la abulia y todo empiece a darlos igual, como también nos dan lo mismo las tropelías de Tezanos, sus tomaduras de pelo y, lo que es peor, los gastos que nos suponen a todos los españoles, que no andamos para tirar el dinero en encuestas manipuladas que, además, ni suman ni restan a resultados electorales ni, en definitiva, a nuestro devenir. Así nos va. Como leí recientemente en una entrevista a Salman Rushdie “la vida hiere, somos la consecuencia de las heridas que sufrimos”.
Mientras tanto se discute si hay o no genocidio entre Israel y Palestina, al tiempo que las pocas mentes coherentes que van quedando aluden al derecho a defenderse de un pueblo, el judío, que nunca ha dejado de padecer el azote de una inquina histórica y el empeño de aniquilación de los que hoy pretenden ser los mártires de la guerra que ellos mismos iniciaron.
CODA. Hace años con frecuencia oíamos hablar de apariciones de OVNIS, avistamientos, incluso se organizaban reuniones a determinadas horas en determinados sitios para un posible encuentro con extraterrestres. Ha dejado de hablarse de ello pese a que se insiste que hay mucho documento en el Pentágono de imposible acceso que nos permitiría conocer datos increíbles sobre este asunto. Siempre ha sido inquietante pensar en la existencia de vida alienígena pero si esto ha decaído es quizá por la presencia de cuestiones todavía más preocupantes y turbadoras como la vida política en España y los conflictos de los que cada día tenemos noticia.
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