Insensateces

Soy Terelu

Terelu es nuestra guía, nuestra luz. Terelu sabe que un señor con kilos, con alguna patología propia de su edad, es un seguro de tranquilidad, de estabilidad, de dejar la competición física y dedicarse a la emocional. Vivan los gorditos

Soy Terelu. Yo ya me he mimetizado y soy Terelu. Estoy en el team de gorditos, no me interesan los tabletis. Con la tableta y tus musculitos a tu soberana casa, amiguete. La otra noche dijo Terelu (sorry, pero veo telebasura mientras como torreznos) que ya no le interesa la cama porque sí. Que ahora elige. Y mucho. Lo único bueno que tenemos las mujeres de cincuenta y muchos es que ya sabemos qué comer y qué no, qué nos sienta bien y qué nos cae como el culo. No niñatos. Siempre mayores que nosotras porque ya no estamos para tonterías. Cama, ya veremos, cuando a mí se me cante. Tienes que estar gordito para no tocarme el temita de mis kilos. Da igual si tienes pelo o no: dignidad en cualquier circunstancia. Y, sobre todo, no me juzgues por mi báscula o ya me has visto, chaval. Que dirán los señoros: están estas dos para escoger. Pues miren, contra todo pronóstico, las mujeres menopáusicas y completitas en su personalidad, podemos estar en el mercado. Podemos gustarnos, podemos cuidarnos, podemos ser lo que queremos ser. Podemos ser, por fin, como queríamos ser. Podemos decidir cómo, con quién, podemos decidir incluso que con ninguno. Podemos querer estar solas, despertarnos solas, desayunar solas. Podemos desear y podemos no hacerlo. Podemos, oh milagro, encontrar a alguien que nos quiera y que nos quiera bien. Que contemple nuestras imperfecciones encantadoras, que ver una serie en un sofá sea un instante perfecto. Que nos entienda en nuestras imposibilidades y, aún así, quiera tener toda la paciencia. Que comprenda que nuestra bolsa de aseo va a ser enorme y vamos a llevar quinientas cremas y geles y le parezca encantador. Que tenemos inseguridades y, sin embargo, somos súper seguras. Que ya no fantaseamos con volúmenes ni con tamaños, sino con ese calorcito agradable que permite el amor, la cercanía, el cariño, el cuidado, un beso en un bar. Inesperado, a contratiempo. Que algún día te digan «me encantas», con todo tu lastre, con tu carácter, con tus defectos. Terelu es nuestra guía, nuestra luz. Terelu sabe que un señor con kilos, con alguna patología propia de su edad, es un seguro de tranquilidad, de estabilidad, de dejar la competición física y dedicarse a la emocional. Vivan los gorditos.