V de viernes
Trabajar con la naturaleza, no contra ella
El combate contra el cambio climático basado en la geoingenieria y la alimentación sintética empeorará la situación de los ecosistemas
La denominada “emergencia climática” lleva a plantear a los gurús de la ecomodernidad una suerte de soluciones que, más que solventar la actual problemática de la contaminación, contribuirá a agravarla. La geoingenieria que defienden personajes como Bill Gates, Klaus Schwab, George Soros o Jonh Kerry no va a salvar la Tierra sino que la va a ensuciar más. La apuesta por la alimentación sintética, tipo comida de astronautas, a que nos quieren llevar (carne, pescados, vegetales artificiales, etc ) es una atrocidad nada saludable basada en la química, que generará todo tipo de nuevas enfermedades. Se entiende así aquella frase lapidaria de Adolf Huxley, padre del “Mundo Feliz”, cuando decía que “la medicina ha avanzado tanto que ya nadie está sano” . Y es verdad, nunca vimos estas muertes inexplicables por miocarditis, pericarditis, turbo-cánceres y repentinitis en general, pese a que tenemos la medicina más avanzada y las mejores vacunas.
Por eso está bien traída la teoría de la Permacultura, que postula fundamentalmente una vuelta a lo natural pero de verdad, es decir, intentando imitar la naturaleza en su funcionamiento, en vez de empeñarnos en transformarla. La mayoría de la gente no tiene mucha idea de qué es la Permacultura, y a los que les suena este término piensan sin más que se trata de una manera de cultivar. No es aso en realidad. La permacultura es sostenibilidad y, sobre todo, autosuficiencia. Algunos dicen incluso que es una filosofía de vida, el conjunto de conocimientos y técnicas milenarias para llegar a una cultura permanente. Fue por primera vez propuesta en los 70 por Bill Mollison y David Holmgrem en Australia. Trabajar con la naturaleza, no en contra de ella, según defiende la bióloga Zoe Costa del Forcallo, una de las líderes en España de esta corriente, que escribe: “ Su ética es cuidar la tierra, cuidar la gente y compartir los recursos. El cuidado de la tierra significa cuidar las cosas vivientes y no vivientes: suelos, especies, atmósfera, bosques, microhábitats, animales y agua, lo cual implica la realización de actividades rehabilitadoras. Con el cuidado de la gente se estimula la ayuda mutua entre las personas, tomando en cuenta las necesidades básicas de alimento, abrigo, educación, empleo y contacto humano”.
La permacultura intenta lograr la autosuficiencia imitando a la naturaleza. Hay proyectos avanzados en fincas aisladas, sobre todo en Canarias. La casa es bioclimática, las energías renovables, la construcción con materiales naturales y locales. Huerto familiar de hortalizas, huerto de frutales, corral para gallinas, cabras, cerdos, zona de bosque y especial atención a por dónde viene el viento, el peligro de incendios, el recorrido del sol, creación de microclimas con vegetación, recoger el agua de la lluvia, reciclar para regar. Los animales comen los forrajes y no son necesarios los herbicidas. La polinización es fundamental. A mayor polinización mayores y mejores frutos: más sabrosos, más tempranos, más gordos, más coloridos, menos deformados. Si se tiene un terreno, genial, pero sino aprovechando cualquier espacio disponible en la terraza, los balcones, las azoteas, los patios, las macetas, o formando grupos para trueques, cooperativas. Tal es la Permacultura.
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