España

¿Final de un ciclo? Seamos prudentes

El cambio de tendencia alcista de la economía española ya no es solo una percepción de algunos estadistas sino que es una positiva realidad para el mercado español, probablemente uno de los más castigados por la crisis a nivel mundial y con seguridad uno de los que más esfuerzo colectivo está realizando para volver al lugar que le corresponde.

Tres grandes agencias de calificación de riesgos, Fitch, Standard & Poor's y Moody's, que no hace mucho nos castigaron con sus notas aplastantes, sacando a nuestro país del grupo de élite y situándonos prácticamente a la altura de bono basura, ahora certifican este cambio de ritmo económico mejorando la perspectiva de los bonos a largo plazo de negativa a estable, dicho de otra manera, somos un país apto como objetivo de inversión recomendable.

Pero no caigamos en el tan manido sentimiento triunfalista tan propio de estos momentos. El péndulo siempre tarda en volver a su posición original y no pasemos de la apatía a la euforía de la noche a la mañana, aún nos queda un largo recorrido por delante. Esto no quiere decir que en un año, ni en dos, estemos a la altura de donde lo dejamos antes de entrar en recesión sino que estamos entrando en un lento pero sólido proceso de recuperación que tendrá su repercusión en los números crecientes de contrataciones y la bajada, lenta pero esperemos que continua de los números del paro.

Pero lo que es una noticia aparentemente novedosa para las agencias mencionadas, ya era un clamor en la empresa privada, siempre ágil para adelantarse y ver las oportunidades que ofrecen los mercados. De esta manera, y teniendo en cuenta que somos cada vez más globales para lo bueno y para lo malo, son muchos los países que están empezando a apostar por España como campo de oportunidades inversoras. Es decir, la lectura positiva es que empezamos a salir de la crisis de una manera real y asentando nuevas y reforzadas fuerzas laborales y empresariales.

¿Por qué se produce este movimiento inversor?. Hay varias razones de índole macroeconómica y social que se podrían resumir en estabilidad política, salarios más bajos, infraestructuras de primera línea y red de directivos altamente cualificados y operativos. Todo ello es un cóctel de resultado más que atractivo para las empresas extranjeras que buscan un marco que garantice un esfuerzo inversor.

¿De dónde vienen estas empresas foráneas con deseos inversionistas?, principalmente de dos fuentes y ambas son mercados hermanos y naturales: Europa y Latinoamérica.

En primer lugar, Europa, también azotada por la crisis pero que ha tenido una recuperación más rápida que España, ahora mira a nuestro país con buenos ojos; empezamos a coger carrerilla, impulso y fuerza, abandonando la cola continental de los países más castigados de la crisis. Tanto es así que Inglaterra, Francia o Alemania comienzan a dirigir nuevamente inversiones a nuestro país. Estamos teniendo después de algún tiempo empresas de dichos países que empiezan a encargarnos sus directores para dirigir España, fruto de la confianza que nuestro país tiene para dichas economías.

En segundo lugar, Latinoamérica. Esto merece una mención especial porque si bien esa área ha sido destino de nuestras más fuertes inversiones fuera de las fronteras, ahora somos nosotros su mercado más natural para dirigir sus esfuerzos inversores. Un fenómeno que estamos observando es lo que se llama "multilatinas"empresas de Sudamérica que empiezan a mirar a Europa y Asia y su destino natural para afrontar estos mercados es el crear una central en España.

¿Cómo se refleja en contrataciones y de qué tipo?. El primer efecto es el establecimiento de nuevas sedes a modo de Cuartel General en España para dirigir desde aquí las operaciones foráneas. El segundo se traduce en forma de nuevas contrataciones para reforzar los equipos existentes o los de nueva formación. La última consecuencia es la búsqueda de directivos españoles para gobernar los proyectos futuros, hemos demostrado ser muy capaces de dirigir proyectos de envergadura y proyección internacional.

En cuanto a estos últimos, se hace realidad que si el directivo español era un perfil muy bien acogido para empresas extranjeras por su preparación y don de gentes, ahora es especialmente atractivo por haber superado una recesión gestionando de manera positiva los muchos valladares que se han interpuesto por el camino.

Además de estas características, se están buscando perfiles muy comerciales y con mentalidad tanto multinacional como multicultural para dar respuesta a la mayor exigencia en el incremento de ventas. Vuelve a ser tiempo de vender y no de sobrevivir capeando el temporal.

Pero seamos prudentes, nada de esto quiere decir que se avecinen días de vino y rosas sino que ahora toca seguir trabajando como hasta ahora, duro y eficazmente. Estamos saliendo de una crisis larga y dura pero queda aún mucho camino por recorrer.