Canela fina

Ucrania necesita negociadores por la paz

«En lugar de enviar armas a Zelenski, hay que enviarle diplomáticos que negocien una paz honorable y estable»

«Zelenski es un pozo de vanidad, un actor encantado con el papel de protagonista internacional que la guerra le otorga», ha declarado una conocida actriz ucraniana, compañera de profesión del presidente. La Rusia de Putin cometió una atrocidad al invadir Ucrania. Es imprescindible condenar cuantas veces sea necesario la disparatada y cruel decisión de la gran nación euroasiática. La solidaridad de la OTAN y del mundo occidental con el pueblo ucraniano ha resultado admirable. Pero Zelenski, en lugar de buscar soluciones de paz, sólo pide de forma reiterada más armas y más dinero.

A pesar de la contraofensiva tiene perdida la guerra, pero no solicita al mundo internacional negociadores para dar salida a la situación, sino que continúa manteniendo las acciones militares con estólida tenacidad y grave riesgo de que se provoquen consecuencias armadas de incalculable alcance.

Se lo dijo Lula da Silva, el presidente brasileño que, desde su larga experiencia y su sólida posición ideológica, mantiene un alto prestigio de independencia y serenidad. Se lo ha dicho el Papa Francisco, aunque sobraba la bandera blanca de la rendición. Se trata de negociar, negociar y negociar. Muy probablemente Zelenzki deberá ceder, atendiendo el interés general, ante algunas de las conquistas rusas. Al pueblo ucraniano, que sufre la megalomanía de Zelenski, le conviene una paz real, aun comprometiendo territorios que son, por cierto, rusohablantes, antes que desangrarse en una guerra que no puede ganar. Ha llegado la hora de los diplomáticos y de que entre todos se establezca una paz honorable y estable.

Henri Kissinger, cuando rozaba los cien años de vida y un milenio de experiencias, advirtió con serenidad y grave acento de verdad que «la guerra de Ucrania puede derivar en una conflagración mundial».

Personas que conocen muy bien a Volodímir Zelenski afirman sin tapujos que es hombre «dispuesto a desencadenar una guerra mundial antes que perder su guerra de Ucrania». Margarita Robles, la mejor ministra que tiene Pedro Sánchez, ha hecho pública una seria advertencia en este sentido. La Europa alegre y confiada se divierte y ríe, ríe, ríe. ¡Qué inmenso error! En lugar de armas, lo que hay que enviar a Ucrania son negociadores que arbitren la paz.