Cuartel emocional

Últimos pespuntes

Estamos ya en Venezuela, y como no lo arreglemos entre todos, lo vamos a pasar entre mal y muy mal.

Aquí, como si de un traje de novia se tratara, vamos dando los últimos pespuntes. Pero no al traje de novia de la niña Falcó, que la han dejado compuesta y sin nada que echarse al cuerpo. ¡A saber cuántas anécdotas más se producen antes de ese bodorrio tan traído, llevado, cancelado y vuelto a poner en marcha! Finalmente mejor sería que se casara en los juzgados de Pradillo, a las siete de la mañana, como hizo su madre con Boyer, si de verdad fuera un matrimonio deseado. La puesta en escena resulta ya tediosa y ella, que fue una chiquilla adorable, se está malbaratando por un puñado de euros haciendo que su enlace sea de todo menos creíble. Pero el país está demasiado candente como para detenernos en los avatares de un clan que ya empieza a oler a caducidad, cuando, bien es cierto, todavía no hay suplencia conocida. Ya veremos.

Los okupas viven y circulan con una soltura y unas prebendas que ya las quisiéramos para nosotros los honrados, los decentes, los que ni delinquimos, ni robamos ni allanamos moradas. En otros países, cuando la policía recibe una denuncia, se persona de inmediato en la casa ultrajada y la desaloja de quinquis al instante si no se presenta un documento que acredite la propiedad de la misma. Aquí se les da ayudas, y si los vecinos protestan por ruido, el ayuntamiento, como el de Colau, o mismamente el Estado acomete las obras de insonorización para que no haya problemas. Son las incongruencias de la ultraizquierda, que permite la caducidad de la condición de terrorista, y pretende que ETA es el pasado, mientras la Guerra Civil es el presente. Ya lo denunció Ayuso en un mitin. Y no de esta manera pero algún barón socialista, ante el bochorno de tener al lado a Sánchez, pide romper con Bildu, pero desde el partido argumentan que España venció al terrorismo, cuando lo cierto es que España se bajó los pantalones ante unos asesinos que hoy tenemos figurando como titulares de las instituciones y decidiendo la investidura del presidente de la Nación.

Ahora hay otro delito que comentar porque en Melilla se está investigando a los comparsas de Yolanda Díaz por compra de votos, con encapuchados en vehículos 4x4 asaltando las sacas de los carteros, y todo así. Al más puro estilo bolivariano. Claro, son todos los mismos, y el pucherazo, la trampa y la mentira son el sistema óptimo y también único para ganar unas elecciones. Estamos ya en Venezuela, y como no lo arreglemos entre todos, lo vamos a pasar entre mal y muy mal. Siempre hay que exagerar con la verdad, a nivel general, porque si no, nadie cree las evidencias que ya tenemos ante nosotros y la gravedad de lo que podría avecinarse. A nivel personal, yo prefiero que las pequeñas cosas negativas de la vida me las suavicen, y hasta que me hagan una performance de aquella película inolvidable “La vita è bella”, en que un padre emplea toda su imaginación para proteger a su hijito de los horrores de un campo de concentración nazi, haciéndole ver que los espantos no eran tales. Pero la actual realidad de España se ha de hacer ver a los españoles en su forma más descarnada.

CODA. Gabriel Rufián, la persona del mundo que más adecuado tiene su apellido, lo diré siempre, ha dicho que “si hubiera que apartar a gente con delitos, PP, Vox y la Guardia Civil se quedarían en cuadro” a propósito de la decisión de los siete ex etarras de EH Bildu de no tomar el acta si salen electos, y emplaza a la derecha a "dejar de hablar de ETA para empezar a hablar de España". Hasta donde yo sé y la memoria me alcanza, ninguno de estos tres grupos tienen las manos empapadas de sangre por múltiples asesinatos a boca de jarro, ni practicaron en modo alguno el tiro en la nuca. El muchacho anda con un poco de borrachera en medio de tanta campaña…