País Vasco

No es inglés ni alemán: el idioma europeo que más se parece al euskera

Pese a los 2.000 kilómetros que los separan, estas dos lenguas con orígenes tan distintos comparten más similitudes de las que cabría esperar

No es inglés ni alemán: el idioma europeo que más se parece al euskera
No es inglés ni alemán: el idioma europeo que más se parece al euskeraFreepik (Montaje propio)

En el mapa lingüístico de Europa, el origen del euskera es un caso tan extraordinario como discutido. Se trata de una lengua aislada, sin parentesco conocido con ninguna otra lengua viva del continente, aunque algunos estudios la han relacionado con el íbero. No desciende del latín, como el castellano, el gallego o el catalán, ni está relacionada con lenguas germánicas, eslavas o celtas. Y, sin embargo, tiene un sorprendente "primo lejano" en Europa.

Ese "parentesco" es con el húngaro, una lengua hablada a más de 2.000 kilómetros del País Vasco, guarda una serie de similitudes estructurales y fonéticas con el euskera que han llamado la atención tanto de lingüistas como de aficionados a la etimología. Aunque no comparten raíz común (el euskera es una lengua preindoeuropea, mientras que el húngaro pertenece a la familia fino-ugria dentro del grupo urálico), sus coincidencias resultan cuanto menos llamativas.

La lengua europea que comparte similitudes con el euskera

Antes de explorar las similitudes, conviene entender en qué se diferencian estas dos lenguas del resto de las europeas. El euskera, hablado por más de un millón de personas en el norte de España y suroeste de Francia, es una de las lenguas vivas más antiguas de Europa cuyo origen no está confirmado. Por su parte, el húngaro, junto al finés y el estonio, forma parte de las llamadas lenguas urálicas, que se expandieron desde los Urales hacia Europa Central.

Ninguno de estos idiomas está emparentado con las grandes familias lingüísticas europeas (romance, germánica, eslava o celta), lo que ya los sitúa en una categoría especial dentro del continente. Pero su rareza no los aísla del todo: al analizarlos de cerca, aparecen algunos elementos comunes.

Una de las similitudes más destacadas entre el euskera y el húngaro es la formación del plural. En ambos idiomas, la letra 'k' se utiliza como marca plural al final de las palabras. Por ejemplo:

  • En húngaro: alma (manzana) → almak (manzanas)
  • En euskera:sagarra (manzana) → sagarrak (manzanas)

Este paralelismo resulta particularmente curioso porque es infrecuente en otras lenguas europeas, donde se utilizan terminaciones muy distintas (como -s en español o inglés, -en en alemán o -i en italiano).

Otro elemento común es el uso de la letra 'n' como sufijo para indicar localización. Así, en ambos idiomas, decir "en Budapest" se traduce como Budapesten en húngaro, y también como Budapesten en euskera. Aunque esto pueda parecer una coincidencia superficial, indica un patrón gramatical similar de declinación por caso, una característica que comparten ambos sistemas lingüísticos.

Además, a nivel fonético, hay ciertos sonidos y combinaciones consonánticas que se parecen notablemente. En húngaro son comunes fonemas como cz, cs o c, que recuerdan a las formas del euskera tz, ts y tx. Esto no implica una relación 'genética' entre ambos idiomas, pero sí muestra una convergencia fonética que no es habitual entre lenguas no emparentadas.

Tanto el euskera como el húngaro comparten una notable complejidad léxica y una estructura aglutinante. Es decir, forman palabras complejas añadiendo múltiples sufijos a una raíz. Este tipo de construcción permite condensar en una sola palabra significados que en otros idiomas requerirían toda una frase. Por ejemplo: En euskera, udaberri significa "primavera", pero se compone de uda (verano) + berri (nuevo). En húngaro, tavasz también significa "primavera", aunque su etimología es distinta, la formación léxica es igualmente particular.

Ambas lenguas también tienden a emplear una sintaxis distinta a la mayoría de lenguas europeas, con estructuras sujetas al verbo final y abundancia de postposiciones en lugar de preposiciones.

¿Casualidad o convergencia?

Las similitudes entre el húngaro y el euskera no implican que compartan origen común. La mayoría de expertos en lingüística histórica descartan cualquier relación genética entre ambas lenguas. Más bien, se trata de un fenómeno conocido como convergencia tipológica: cuando dos idiomas no emparentados desarrollan rasgos parecidos debido a circunstancias similares o simplemente por evolución paralela.

Aun así, estos paralelismos han despertado el interés de numerosos investigadores y han contribuido a reforzar la idea de que, en la diversidad de las lenguas, a veces los puntos de encuentro pueden surgir en los lugares más inesperados.

Aunque separados por la geografía, la historia y las raíces lingüísticas, el euskera y el húngaro se encuentran como dos rarezas lingüísticas que, por azares de la evolución, comparten formas, sonidos y estructuras. Un recordatorio fascinante de que el lenguaje, pese a ser la expresión más humana de la identidad, no siempre sigue rutas previsibles.