De vacaciones de ensueño a pesadilla: despojan de todas sus pertenencias a dos turistas británicos en Bilbao

Tras una tranquila temporada de vacaciones de verano en Bilbao, la pareja de turistas británicos Anna Higginbotton y Peter Lesisz, de 27 y 26 años respectivamente, vieron cómo sus vacaciones se tornaron en una pesadilla tras sufrir el robo de prácticamente todas sus pertenencias.

Después de llegar a la ciudad vasca el pasado 7 de julio decidieron dejar su coche en un aparcamiento, aparentemente seguro, pues contaba con cámaras de vigilancia. Dejaron en el vehículo las maletas y todo su equipaje, ya que tenían que coger un ferry de regreso a Reino Unido a primera hora del día siguiente. Todo su equipaje estaba valorado en 70.000 euros. Cuando regresaron al vehículo a la mañana siguiente descubrieron que les habían robado todo.

Entre los objetos robados destacaba un conjunto de herramientas profesionales cuyo valor ronda los 60.000 euros, ya que consta de dispositivos tecnológicos y memorias USB con software irremplazable para el negocio de modificación de coches en el que trabaja Peter. Fuera de eso, perdieron joyas familiares de valor sentimental incalculable, pertenecientes a la fallecida madre de Anna, conservando únicamente la ropa que traían puesta y sus móviles. Esto, sin mencionar que el pasaporte de Peter también había sido robado, por lo que tuvo que viajar de emergencia al consulado británico en Madrid para que le brindarán documentación temporal.

El drama no se quedó solo en el robo, sino en las barreras lingüísticas

En medio de los esfuerzos por buscar ayuda y resolver su situación, el idioma se convirtió en otro obstáculo importante, debido a que dificultó la comunicación de la pareja al momento de buscar la ayuda de la Policía Local. Pero al no sentir acompañamiento de parte de los agentes, la pareja decidió adelantar su propia investigación tras detectar el uso fraudulento de una de sus tarjetas bancarias.

De acuerdo con las declaraciones que dieron al Mirror, habían sido advertidos de que había sido un joven marroquí quien había usado su tarjeta, por lo que decidieron adentrarse en los barrios periféricos de la capital vizcaína. No obstante, y a pesar de la desesperación por encontrar sus pertenencias, las advertencias de la comunidad en relación con los riesgos potenciales sobre sus acciones, la pareja había tenido que desistir de su búsqueda.

A raíz de todo lo sucedido, y como último recurso, Anna y Peter han creado una página en GoFundMe para recaudar fondos que les ayuden a reconstruir sus vidas a partir de la exposición pública de su historia.