Catolicismo

El Papa: "El mundo es cada día más cruel con los excluidos"

El Santo Padre hizo ayer un llamamiento a recuperar la humanidad con los excluidos.

Francisco ante la escultura de bronce inaugurada hoy en la Plaza del Vaticano
Francisco ante la escultura de bronce inaugurada hoy en la Plaza del Vaticanolarazon

El Santo Padre hizo ayer un llamamiento a recuperar la humanidad con los excluidos.

El Papa Francisco lamentó ayer que el mundo sea cada vez más «cruel con los excluidos» e hizo un llamamiento a recuperar la humanidad y evitar la discriminación, la misa que presidió con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. «El mundo actual es cada día más elitista con ellos», dijo Francisco durante su homilía, que se celebró en la Plaza de San Pedro del Vaticano. La misa comenzó en torno a las 8.30 hora española, cuando el Papa salió en procesión desde la Basílica de San Pedro hacia la plaza vaticana. Francisco reivindicó la necesidad de aceptar a los demás, especialmente a los excluidos, e hizo mención especial a «los forasteros, las viudas y los huérfanos» por ser personas que a menudo y por desgracia «carecen de derechos».

Criticó el riesgo de que las sociedades modernas acaben tan concentradas en preservar su bienestar que no vean «al hermano y a la hermana en dificultad». Recordó que «en el mensaje para esta 105 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el lema se repite como un estribillo: ‘‘No se trata solo de migrantes’’», sino de «todos los habitantes de las periferias existenciales que, junto con los migrantes y los refugiados, son víctimas de la cultura del descarte». Francisco defendió la necesidad de mostrar caridad con estas personas y recuperar la humanidad para «no dejar a nadie afuera». Del mismo modo, pidió reflexionar «sobre las injusticias que generan exclusión, en particular, sobre los privilegios de unos pocos, que perjudican a muchos otros cuando perduran». Dijo que «los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados» y criticó que «la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo» en regiones que después no quieren «hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan» en sus países de origen.

Una estatua para el recuerdo

«No podemos sino llorar. Si queremos ser hombres y mujeres de Dios, como le pide San Pablo a Timoteo, debemos guardar ‘‘el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo’’; y el mandamiento es amar a Dios y amar al prójimo», señaló. Tras la misa y el rezo del Ángelus, el Papa inauguró una escultura de bronce que representa a un grupo de migrantes y refugiados de diferentes partes del mundo y épocas y que permanecerá en la Plaza de San Pedro del Vaticano en memoria de estas personas.

Finalmente, recordó que hoy se establece «una reunión de diálogo nacional en Camerún para buscar una solución a la difícil crisis que ha afectado al país durante años» y confió en que ese diálogo «sea fructífero y conduzca a soluciones de paz justas y duraderas para todos».