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Francisco a Peres: «Que Jerusalén sea verdaderamente la ciudad de la paz»

El Papa Francisco ha pedido este lunes ante el presidente de Israel, Simon Peres, que Jerusalén sea verdaderamente la ciudad de la paz", que se eviten, "por parte de todos"los actos "que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo"y que no se cansen de perseguir la paz para Israel y Oriente Medio "con determinación y coherencia". "Que Jerusalén sea verdaderamente la ciudad de la paz --el nombre de Jerusalén significa ciudad de paz--. Que resplandezca plenamente su identidad y su carácter sagrado, su valor universal religioso y cultural, como tesoro para toda la humanidad", ha pedido el Pontífice durante el acto posterior a la reunión con Peres en el jardín del Palacio Presidencial, en Jerusalén.

También se ha referido a "los que sufren las consecuencias de las crisis aún abiertas en la región medio-oriental"y ha deseado que "sean aliviadas sus penalidades mediante la honrosa resolución de los conflictos, lo antes posible".

Además, ha pedido que se rechace firmemente todo lo que se opone al logro de la paz como la violencia o el terrorismo, cualquier tipo de discriminación por motivos de raza o religión, el antisemitismo y las manifestaciones de intolerancia contra personas o lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes.

El Pontífice, que se ha referido a Peres como "un hombre de paz y artífice de paz", ha destacado que la construcción de la paz exige "el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios

y destinada a la vida eterna".

Según ha explicado Francisco, a partir de este punto de referencia en común entre las religiones, "es posible proseguir en el empeño por una solución pacífica de las controversias y los conflictos".

En este sentido, ha asegurado a Peres que puede contar con su constante oración a Dios por la consecución de "la paz, la seguridad, la tranquilidad de vida, la prosperidad y la fraternidad".

Asimismo, se ha referido a las comunidades cristianas que viven en el Estado de Israel y ha recordado que son "parte integrante de la sociedad"y que participan como los demás en la vida civil, política

y cultural"y que quieren "ofrecer, desde su propia identidad, su aportación al bien común y a la construcción de la paz, como ciudadanos de pleno derecho que, rechazando todo extremismo, se esfuerzan por ser artífices de reconciliación y de concordia".

A su juicio, su presencia y el respeto de sus derechos, como el del resto de ciudadanos de otras religiones o minorías, "son garantía de un sano pluralismo y prueba de la vitalidad de los valores democráticos".

El Pontífice, que llegaba de rezar ante el Muro Occidental de Jerusalén, ha destacado que los Lugares Santos "no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de creyentes viven su fe"y, por ello, ha pedido que se salvaguarde siempre su sacralidad tutelando el pasado y a los visitantes. Además, ha exclamado lo "bello"que sería "que los peregrinos y los residentes puedan acudir libremente a los Lugares Santos y participar en las celebraciones".