Videos

Objetivo del cónclave: adelantar la fecha de elección

El cónclave del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI podría adelantarse al 10 de marzo. El nuevo Papa inauguraría su Pontificado el 17 de marzo

Mario Monti, en su reunión ayer con el Santo Padre en el Vaticano
Mario Monti, en su reunión ayer con el Santo Padre en el Vaticanolarazon

El cónclave del que debe salir el sucesor de Benedicto XVI podría adelantarse. En lugar de comenzar entre el 15 y el 20 de marzo, cumpliendo con el plazo estipulado por la constitución apostólica de Juan Pablo II que dictamina cómo actuar durante el período de sede vacante, es posible que inicie en torno al 10 de marzo.

Lo reconoció ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi, quien explicó que el tiempo de espera se contempla para permitir que lleguen a Roma los cardenales de todo el orbe católico. Debido a que han pasado ya seis días desde que el Papa presentó su renuncia y aún le quedan 11 de pontificado, no tiene sentido postergar más el cónclave. La mayoría de los purpurados podrían estar en la Ciudad Eterna el 28 de febrero, cuando se hace efectiva la renuncia, y se espera que se reúnan entonces para convocar antes la asamblea. El posible adelanto, que lleva días comentándose en Roma, ha sido planteado oficialmente por varios cardenales, según contó Lombardi. «La incertidumbre se debe a que nos encontramos en una situación completamente nueva», dijo, anunciando además que el camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, ya está trabajando en la preparación del cónclave.

Si comienza alrededor del 10 de marzo, el nuevo Papa podría presidir la misa de entronización que inauguraría su pontificado el 17 de marzo, quinto domingo de Cuaresma. Llegaría así a tiempo para oficiar la Eucaristía del Domingo de Ramos, que se celebra el día 24, y el maratón litúrgico de la Semana Santa. Los cardenales llegados de todo el orbe católico para participar en el sínodo también tendrían tiempo de volver a sus diócesis para vivir con sus feligreses este significativo momento del calendario católico.

Últimos días

Benedicto XVI, quien permanecerá dos meses en Castelgandolfo hasta que sean acondicionadas las dependencias del convento dentro del Vaticano donde vivirá a partir de entonces, sigue apurando las últimas citas de la agenda pontificia.

En la mañana de ayer mantuvo una audiencia con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, y por la tarde con el primer ministro italiano, Mario Monti. También recibió en visita ad límina a los obispos de la región italiana de Lombardía, liderados por el arzobispo de Milán, Angelo Scola, uno de los «papables» mejor colocados en las quinielas. Scola es el candidato al solio pontificio de los purpurados italianos, quienes desean tener a uno de los suyos como Papa tras un Pontífice polaco y uno alemán. Pérez Molina desveló que el obispo de Roma le dijo que había sido «duro y difícil» renunciar, pero que era «lo mejor para la Iglesia».

Monti, bendecido a una semana de los comicios

A una semana de que se celebren elecciones generales, Benedicto XVI entró de llenó en la campaña electoral italiana al reunirse ayer con Mario Monti, primer ministro saliente y candidato de la coalición centrista en los comicios. Para «Il Professore», católico practicante y fiel defensor del Papa Ratzigner, el encuentro con el Pontífice significa un apoyo implícito por parte del Vaticano, lo que puede resultarle muy rediticio entre el electorado creyente. En la audiencia, de alrededor de un cuarto de hora, el jefe de Gobierno transalpino transmitió al Papa la «gratitud y el afecto del pueblo italiano» hacia su persona y su magisterio, así como por su atención a «los problemas y esperanzas de los italianos», según informó la oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado.

Monti, por su parte, comentó que en el encuentro se vivió un ambiente de «gran sencillez y profundidad», tanto al hablar de la renuncia de Benedicto XVI como de la situación por la que pasa Italia y la Unión Europea. «He sentido que el Papa se siente muy cercano a Italia, que la ama y la sigue en sus esfuerzos, en sus sufrimientos y en sus detalles», explicó el primer ministro saliente en el telediario del canal de televisión Rai 1. En su opinión, la renuncia es el gesto «de un hombre que piensa al futuro de la institución que guía». «Ha demostrado con gran claridad que no intenta mantener el poder, sino que le importa el bien de la Iglesia y de quien la guiará en el futuro», afirmó.