Buenos Aires

«Pecadores, sí; pero corruptos, no»

La Razón
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El diario italiano «Il Sole 24 Ore» publicará hoy en exclusiva un texto inédito del Papa Francisco contra la corrupción, y en el que resulta especialmente significativa la frase «pecadores sí, pero corruptos, no». En un comunicado, el medio aseguró que se trata de una «dura acusación a la corrupción institucional y política» y. al mismo tiempo, es un análisis exhaustivo de los mecanismos sutiles a través de los cuales la corrupción socava los fundamentos mismos de la moral, informó ayer la agencia italiana Ansa. «Perdone usted todos los pecados, pero no la corrupción», dice Jorge Mario Bergoglio en la publicación.

Así, el diario anticipó un pasaje del texto, perteneciente a su libro «La curación de la corrupción», editado por Emi, que empezará a difundirse desde este lunes.

«Nos hará muy bien, a la luz de la palabra de Dios, aprender a distinguir las distintas situaciones de corrupción que nos rodean y nos amenazan con sus seducciones. Nos hará bien volver a repetirnos el uno al otro: "¡Pecador sí, corrupto no!", y a decirlo con miedo, no sea que aceptemos el estado de corrupción como si fuera sólo un pecado más [...] El corrupto (...) pasa la vida en medio de las atajos de oportunismo, al precio de su propia dignidad y de la de los otros. El corrupto tiene cara como de ''no haber sido él'' (...) Se merecería un doctorado honoris causa en cosmética social. Y lo peor es que termina por creer en ello. ¡Qué difícil que allí pueda entrar la profecía! Por eso, incluso si decimos "pecador, sí", gritemos con fuerza "¡pero corrupto, no!"» , concluye el pasaje.

Con todo, estas palabras no sorprenderán a todos aquellos que hubieran seguido la trayectoria previa de Jorge Mario Bergoglio. Como arzobispo de Buenos Aires, sus homilías han sido rotundas a la hora de rechazar la opulencia y la exhibición de riqueza, así como en su feroz lucha contra la corrupción.

«Nadie se hace cargo (...) por los crímenes, tragedias, deudas pasadas que debemos pagar por hechos de corrupción», afirmó el Papa Francisco el pasado 25 de mayo en un Tedeum en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Del mismo modo, añadió que el poder es una «ideología única», una «locura mentirosa y dañina» que «impide la realización del proyecto de nación».

Si bien pueden aplicarse al ámbito universal, estas intervenciones casi siempre han estado focalizadas en la situación de Buenos Aires. Así, en septiembre de 2011, con motivo del Día de la Trata de Personas, aseguró que «la esclavitud no está abolida en Argentina». De hecho, denunció que en la capital se «explota» a trabajadores en «talleres clandestinos». «En esta ciudad, la esclavitud está a la orden del día y bajo diversas formas», aseveró, pues la situación de la calle es de «esclavitud estructural».

Misa en familia para arrancar la jornada histórica

El Papa invitó a la misa matutina de ayer, celebrada en la Casa Santa Marta, a los trabajadores del Vaticano. Entre ellos, los jardineros y basureros, que no pudieron participar junto a sus compañeros en la misa celebrada por el Santo Padre durante la madrugada del viernes. También se dieron cita los empleados del invernadero y una quincena de las Pías Discípulas del Divino Maestro. En su homilía, el Santo Padre ofreció una reflexión sobre las lecturas litúrgicas del día, y, en particular, sobre un pasaje del Evangelio de Juan (11, 45-56): «Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos». Así, Jesús murió por su pueblo y por todos. El Papa afirmó que no debe entenderse esto de una forma global, sino que Jesús murió por cada persona. Por lo tanto, todo cristiano debe decir: «Cristo murió por mí».