Benedicto XVI
Un tuit para la Historia
El Papa usó 139 caracteres, de los 140 que permite Twitter, apurando así su primer mensaje en esta red social
«Queridos amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra respuesta generosa. Os bendigo a todos de corazón».
El Papa aprovechó al máximo las posibilidades de esta red social (utilizó 139 de los 140 caracteres permitidos) en su primer mensaje, escrito ayer al final de la audiencia general. Durante el resto del día envió a sus más de 1,2 millones de seguidores en ocho idiomas diferentes otros 6 tuits, en los que retoma y contesta algunas de las preguntas que los tuiteros le han hecho desde que el Vaticano anunció la semana pasada la apertura de su cuenta. «Dialoga con Jesús en la oración, escucha a Jesús, que te habla en el Evangelio, encuentra a Jesús, presente en el necesitado», aconsejó a quien le preguntaba sobre cómo vivir el Año de la Fe, que era José Calderero, joven periodista de Madrid, redactor de «Alfa y Omega» y colaborador de LA RAZÓN.
Tres horas después, el Pontífice volvía a tuitear. En este caso la interrogación era: «¿Cómo vivir la fe en Jesucristo en un mundo sin esperanza?». Y su respuesta: «Con la certeza de que quien cree nunca está solo. Dios es la roca segura sobre la que construir la vida, y su amor es siempre fiel».
La última de las píldoras de fe fue un consejo para lograr rezar más en medio de la ajetreada vida contemporánea. «Ofrece al Señor todo lo que haces, pide su ayuda en todas las circunstancias de la vida diaria, y recuerda que él está siempre a tu lado», recomendó. Sus siete mensajes en Twitter fueron rebotados cientos de miles de veces por sus seguidores, lo que multiplicó los receptores de sus palabras en esta red social. El jesuita italiano Antonio Spadaro, director de la revista «La Civiltà Cattolica» y experto en nuevas tecnologías, explica que la imagen del Papa enviando un tuit desde una tableta en el Aula Pablo VI del Vaticano se inserta perfectamente dentro de la tradición de la Iglesia, «que siempre ha estado atenta a la forma y el lugar que utilizan los hombres para comunicarse».
«El desembarco de Benedicto XVI en Twitter se conecta idealmente con el 12 de febrero de 1931, cuando Pío XI lanzó su primer mensaje a través de la Radio Vaticana», afirma el autor de los ensayos «Twitter theology» y «Cyberteologia».
La llegada del Papa a Twitter a buen seguro impulsará la presencia de la jerarquía católica en las redes sociales, pero no la inaugura. Desde sus inicios, en este espacio de internet ha habido usuarios católicos muy activos dando a conocer el Evangelio. En su mayoría son laicos, pero también es posible encontrar a un buen número de sacerdotes, obispos e incluso cardenales. En Twitter tienen abierta una cuenta ocho purpurados, algunos desde hace años. Sólo uno de ellos es español, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach. El otro cardenal tuitero de lengua española es el arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar Gómez. Del resto destaca el italiano Gianfranco Ravasi, «ministro» de Cultura de la Santa Sede, quien suele ofrecer a sus seguidores citas bíblicas de poca extensión y mucho significado. Incluso en un país tan volcado en las tecnologías de la comunicación como Estados Unidos, sólo veinte obispos católicos tienen cuenta en Twitter, incluyendo al cardenal Sean O'Malley, de Boston, que ya en 2006 abría su propio blog, y el arzobispo José Gómez, de Los Ángeles, que escribe en español en sus cuentas de Twitter y de Facebook.
«Ver al Papa en Twitter animará a muchos cristianos a hacer lo mismo. Hay que atreverse a estar presente en la plaza pública que son hoy las redes sociales, donde la comunicación no se hace sólo enviando mensajes, también compartiéndolos y haciendo al resto partícipe de tus propias experiencias», afirma el jesuita Spadaro.
Como puede comprobarse echando un vistazo a algunos de los comentarios que suscitaron ayer los mensajes del Papa en Twitter, la presencia del Pontífice en esta red de microblogs no está libre de peligros. «Ocurre como en la plaza pública, pueden decirte cosas desagradables, lanzarte mensajes agresivos... Lo mismo pasa en otros medios. Pero por ello no hay que dejar de estar allí, no hay que encerrarse en uno mismo, que es algo inimaginable para el Papa», comenta el director de «La Civiltà Cattolica».
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