La renuncia de Benedicto XVI

Viaje relámpago de la generación JMJ

Los jóvenes que prepararon el encuentro de Madrid con el Papa lo dejaron todo para respaldarle ayer en el Vaticano

Carmen, María y Almudena vivieron una jornada maratoniana para poder acompañar al Papa
Carmen, María y Almudena vivieron una jornada maratoniana para poder acompañar al Papalarazon

Ayer fue un día apasionante para Belén, Carmen, María, Almudena y Elena. Estas cinco amigas asistieron juntas a la última audiencia de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro.

Ayer fue un día apasionante para Belén, Carmen, María, Almudena y Elena. Estas cinco amigas asistieron juntas a la última audiencia de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro. Nada más conocer cuándo tendría lugar la despedida del Pontífice, comenzaron a mover cielo y tierra para lograr llegar hasta Roma y vivir «uno de los mejores regalos que Dios nos ha podido hacer». Belén estos días ha vuelto a aparecer en la pantalla de miles de televisores. Desde la renuncia del Papa, cadenas de todo el mundo han emitido una y otra vez las imágenes en las que se la veía llorando emocionada en la vigilia de oración de la JMJ, en Cuatro Vientos. Ayer, las cámaras quizás no la enfocasen, pero sí vivió otra jornada de enorme emoción. «Me equivoqué -cuenta Belén- al sacar el billete por internet y escogí salir desde Valencia y no desde Madrid el martes por la noche», pero no lo quiso anular «porque a pesar de la paliza de tener que ir desde la capital hasta Valencia para tomar el vuelo sabía que merecería la pena». Por otro lado, Almudena decidió ir en el mismo avión, pero para llegar a tiempo tuvo que viajar en autobús también desde Madrid a la salida del trabajo. María y Carmen, sin embargo, salieron en la madrugada de ayer, para acudir a la audiencia del Papa al aterrizar en Roma. Elena se adelantó al resto de sus amigas, y a las seis de la mañana del martes cogió un avión con la intención de empaparse bien del ambiente que se vive allí. Todas se encontraron a primera hora de la mañana en la Plaza de San Pedro, aunque no les fue fácil por la cantidad de gente congregada. «Ha sido conmovedor lo que el Papa ha dicho, sobre todo el motivo por el que ha tomado esta decisión », explica Carmen. María habla con emoción y entusiasmo a la vez, porque «todo eran dificultades para ir, como sacar los billetes y coger el día libre en el trabajo» y cuando «ya no contaba con poder asistir, todo se solucionó». En la memoria de todas ellas quedan las tres visitas que Benedicto XVI hizo a España a lo largo de estos ocho años de Pontificado, en las que «se hizo querer y lo dio todo», subraya Carmen, que destaca además «la humildad que ha tenido al pensar siempre primero en la Iglesia y luego en él».