Salud

Coronavirus: así afecta a las enfermedades crónicas

El virus sobrecarga el corazón, dispara la hipertensión, desequilibra la diabetes y complica los problemas oncológicos

Coronavirus y otras patologías
¿cómo afecta el virus a enfermedades de base?José Maluenda

Tras los primeros meses de convivencia con el coronavirus rondando por prácticamente todo el mundo, los expertos coinciden en que se trata de un patógeno menos letal de lo que parecía al principio, pero, sin duda, extremadamente contagioso. Y esa voracidad infecciosa resulta aún más delicada cuando se cuela en el organismo de personas con patologías de base, ya que, según datos extraídos del Equipo Epidemiológico de Respuesta de Emergencia a la Neumonía del Nuevo Coronavirus, el patógeno resulta potencialmente peligroso en personas mayores de 80 años o con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o inmunológicas previas.

Ahora que el virus comienza a colonizar España queda preguntarse qué ocurre cuando convive en el organismo de pacientes con patologías crónicas tan habituales como la diabetes, las demencias, los tumores, las afecciones cardiacas o incluso problemas digestivos o renales.

La escasa información que todavía manejan los expertos en la materia hace que las dudas asalten a los enfermos crónicos. «Sin duda, lo que parece claro es que lo más peligroso pasa porque se produzca la combinación de una neumonía bacteriana con la causada por el Covid-19, ya que eso puede desencadenar un grave pronóstico e incluso el fallecimiento del afectado», asegura Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. Sin embargo, tal y como advierte el experto, «son las personas con inmunodeficiencias, como los trasplantados o los pacientes sometidos a tratamientos oncológicos, las que pueden presentar una evolución más grave, pues el virus puede descompensar su enfermedad previa».

Pacientes coronarios

En este sentido, los pacientes coronarios se convierten en uno de los más vulnerables. «Cualquier infección, también la causada por el Covid-19, produce una sobrecarga para el corazón. Si hay insuficiencia cardiaca el virus puede producir una congestión (acumulo de líquido) en los pulmones, lo que complicará la respiración y probablemente el curso de la infección respiratoria, aumentando las probabilidades de dificultades, explica Juan Cosín, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), quien recuerda que «se sabe que la infección por Covid-19, además de sobrecargar el corazón, puede producir un daño directo sobre el músculo cardiaco, lo que conocemos como miocarditis».

Pacientes oncológicos

En esta misma línea, los pacientes oncológicos también se convierten en un blanco para el virus. Según Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, «el Covid-19 puede generar complicaciones en pacientes con cáncer en mayor proporción que la población general. La inmunosupresión asociada a algunos tratamientos como la cirugía o la quimioterapia contribuyen a esa mayor susceptibilidad y riesgo de complicaciones de carácter respiratorio, pero también se han descrito con alta frecuencia fallos multiorgánicos que aumentan la probabilidad de tener que recurrir al uso de cuidados intensivos». Pero, tal y como apunta el presidente de SEOM, «el virus no parece empeorar la propia patología tumoral en sí misma, si bien es cierto que implica un mayor riesgo de complicaciones asociadas».

Diabéticos e hipertensos

En la lista de patologías crónicas más prevalentes sobresalen la diabetes y la hipertensión y, en este sentido, los expertos coinciden en que ambas enfermedades pueden empeorar cuando se contrae el virus, ya que éste provoca la desestabilización del organismo. «Por ello, resulta esencial que las personas con diabetes mantengan el mejor control metabólico posible, para estar preparados ante un posible episodio infeccioso, ya sea por este virus o por otro», aconseja Anna Novials, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes.

Por otro lado, cabe preguntarse qué ocurre cuando el virus ataca a organismos en los que ya existe una enfermedad neurodegenerativa previa. En este caso la respuesta no es sencilla, ya que, tal y como asegura Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Española de Neurología, «al ser un virus nuevo disponemos de escasa información al respecto, pero estamos viendo que el hecho de tener una enfermedad neurológica no debería suponer ningún riesgo mayor que en otras personas. Lo que sí es cierto es que algunos pacientes neurológicos tienen tratamientos inmunosupresores, que aumentan ligeramente el riesgo de padecer infecciones, por lo que siempre deben de tener más cuidado».

En esta línea, la Sociedad Española de Inmunología recuerda que, aunque «no existen suficientes datos del comportamiento del virus en individuos con inmunodeficiencias primarias o secundarias, como los pacientes en tratamiento con fármacos inmunosupresores que se utilizan en la prevención del rechazo de los trasplantes, sí es posible que se enfrenten a un mayor riesgo de infecciones y eventualmente más complicaciones que el resto de la población».