Sí, son tiempos de mucho miedo

El laboratorio farmacéutico alemán «STADA Arzneimittel AG» ha hecho una encuesta en varios de los países europeos donde opera para conocer como se enfrentan personalmente sus ciudadanos ante la pandemia de coronavirus. Curiosamente, los españoles somos los más preocupados por la posibilidad de contraer la infección, más de la mitad expresa ese miedo, y, al mismo tiempo, los que en mayor medida afirman que no harán ningún cambio en su vida para prevenir el contagio. Si acaso, un tercio, el 33 por ciento, contempla la posibilidad de cambiar la dieta y hacerla más saludable, también incluye la posibilidad de hacer más ejercicio, y sólo un 14 por ciento cree que tomando complejos vitamínicos –sobre todo, vitamina C– mejorarían sus defensas inmunológicas. ¿Se trata de un rasgo nacional de fatalidad? Más bien, creemos nosotros, de una gran confianza en el sistema de Sanidad y en la calidad de los médicos y enfermeras que trabajan en él. O dicho de otra forma, el español piensa que si coge el bicho ya le curarán en el hospital. Y eso que son perfectamente conscientes de la ausencia de terapias clínicas eficaces contra el coronavirus, ya que entre las principales preocupaciones en este momento, el 68 por ciento de los españoles señala la falta de un tratamiento probado para la COVID-19, un porcentaje considerablemente superior a la media de los cuatro países que participaron en la encuesta, que ronda el 54 por ciento. Sin embrago, en España la mayor preocupación ciudadana estriba en la incertidumbre sobre la duración del estado de alarma, respuesta que dan el 69 por ciento de los encuestados. Menos se preocupan por su futuro laboral –el 46 por ciento– y hay un 2 por ciento que declara no albergar preocupación alguna en estos momentos, gentes, sin duda, difíciles de clasificar. Ah, por supuesto, cuidar de la familia y de los amigos también inquieta a la mayoría de los españoles, el 51 por ciento, en línea con el resto de nuestros vecinos europeos.