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Salud
Las alarmantes cifras del coronavirus comienzan a dar algo de tregua en nuestro país. Parece que lo peor ya ha pasado y el número de fallecidos desciende poco a poco. Pasada la primera avalancha, ahora es el momento de cuidar a las más de 150.000 personas que han logrado vencer con éxito este duro trance, ya que los expertos advierten que el Covid-19 puede dejar secuelas a largo plazo. Por ello, algunos hospitales han puesto en marcha unidades para consultas de seguimiento post covid-19 de carácter multidisciplinar, integradas por neumólogo, internista, fisioterapeuta, psicólogo y cardiólogo, con el objetivo de evitar posibles secuelas tanto físicas como psicológicas en personas que han superado la enfermedad.
Principales secuelas
«La mayoría de los pacientes que sólo han padecido Covid-19 de forma leve quedan con síntomas que podríamos decir “raros”: aparece febrícula varias semanas después, o lesiones cutáneas, dolor abdominal o diarreas. Muchos quedan con decaimiento, depresión, falta de apetito... Pero lo más frecuente es que queden con un poco de tos, y sobre todo con dificultad para respirar al hacer esfuerzos», asegura Pablo Rubinstein, jefe del servicio de Neumologia del Hospital El Pilar de Barcelona.
La principal dificultad aparece entre los pacientes que han tenido una afectación más fuerte, es decir, «los que han estado ingresados y los que han sufrido una neumonía con insuficiencia respiratoria», advierte Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, quien apunta que «en los pacientes que han estado ingresados en la UCI, las secuelas son más graves. Muchos han mostrado polineuropatía de enfermo crítico que consiste en una afectación neuromuscular grave que se muestra como debilidad muscular y atrofia que causa limitaciones en la movilidad. Este cuadro puede tardar incluso meses en recuperarse. Estos pacientes requieren una rehabilitación prolongada y durante ese tiempo pueden padecer sintomatología depresiva, ansiedad y mucha aprensión. Además, son más vulnerables a complicaciones infecciosas asociadas a disfunciones temporales de su sistema inmunitario».
Protocolos de seguimiento
Según la historia clínica y el estado del paciente, los especialistas pautan un seguimiento protocolizado a través de la nueva unidad de seguimiento: «Valoramos a todos los pacientes, y según las secuelas o la gravedad de la situación, decidimos los controles posteriores. Pero todas aquellas personas que tienen síntomas, tienen al menos una valoración inicial completa», asegura Rubinstein. Y así lo corrobora Reyes Delgado, especialista del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, quien detalla que «como mínimo realizamos dos consultas. Una que se está haciendo a las dos o tres semanas tras el alta y generalmente otra segunda al mes o dos meses para poder ver si realmente hay alguna secuela y comprobar la evolución del paciente».
Una vez dentro de la unidad de seguimiento, el control resulta exhaustivo: «Se están proponiendo pruebas radiológicas, respiratorias, funcionales (de capacidad física), pruebas cardiológicas y analíticas. Además, también acuden a consultas de Neumología, Cardiología y Medicina Interna. Eventualmente y de manera individualizada, algunos pacientes pueden requerir seguimiento por diversos especialistas (neurología, reumatología, endocrino, cirugía vascular, etc.)», detalla Carnevali. A todo ello se suma, además, «la realización de test serológico cuantitativo (Elisa) donde podemos cuantificar IgG e IgM, con una sensibilidad y especificidad mayor al 90%, para ver el desarrollo de la inmunidad de estos pacientes a SARS-CoV-2», asegura Delgado.
El trabajo de seguimiento multidisciplinar se realiza bajo la premisa de unificar consultas para evitar desplazamientos. «La idea es no multiplicar la consultas a las que tengan que venir estos pacientes. Para conseguirlo estamos intentando concentrar todas las actividades en un solo día. Coordinamos a través de citación centralizada a los pacientes, pues queremos que sean el centro de la atención, no el médico», concluye Carnevali.
Fisioterapia y psicología, claves
Si hay algo en lo que coinciden todos los pacientes que han superado el Covid-19 es en la angustia que han sufrido. Por ello, una parte esencial de las consultas multidisciplinares que ha puesto en marcha el grupo Quirónsalud es la faceta psicológica. «Verte solo en la habitación de un hospital, sabiendo que te has contagiado de algo de lo que se está muriendo tanta gente, no debe ser fácil», reconoce la doctora Delgado. Y algo similar ocurre con la fisioterapia, pues se convierte en una herramienta clave. «Según la historia y estado del paciente se pauta un régimen de rehabilitación que puede incluir fisioterapia respiratoria, rehabilitación motora y reentrenamiento al esfuerzo y manejo de secreciones y traqueostomía, en el caso que el paciente haya necesitado someterse a esa intervención», aclara Rubinstein.
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