Coronavirus

Los geriatras elogian el trato de Madrid a los ancianos

Desmontan la campaña de la izquierda y niegan que la Comunidad rechazara derivar a los mayores a los hospitales. La sociedad científica asegura que se hicieron 10.300 traslados en esta autonomía. «Cuando se pautó atenderles en la residencia era por su bien»

No lo veo hace años
No lo veo hace añosDreamstimeLa Razón

La Sociedad Española de Geriatría ha salido al paso de la campaña emprendida por la izquierda para intentar culpar a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso de muchos de los fallecimientos ocurridos en residencias de ancianos durante la primera fase de la pandemia de Covid-19.

En un comunicado urgente difundido ayer, el presidente de esta sociedad científica que representa a los médicos especialistas en gerontología de todo el país, José Augusto García Navarro, remarca que la muerte el pasado 3 de marzo de la primera persona por coronavirus en Madrid, una mujer de 99 años, ingresada en el Servicio de Geriatría del Gregorio Marañón, y que residía en una residencia de mayores, resume a la perfección lo ocurrido en esta crisis: que el coronavirus es el culpable, afecta a más personas mayores muy vulnerables y, aquí viene lo importante, corrobora que «no se ha negado la atención hospitalaria de algo nivel a ningún anciano vulnerable si se consideraba necesario».

En la carta, la sociedad recuerda que «aún no tenemos tratamiento curativo para esta enfermedad, por lo que sólo podíamos dar tratamiento de soporte y esperar que el paciente venciera la enfermedad, o bien tratamiento paliativo para personas en fase de final de vida». Añade que «en el ejercicio habitual de la medicina y más en el tratamiento de personas mayores, siempre se han considerado todas las circunstancias individuales de cada paciente para tomar las decisiones más adecuadas sobre cómo y dónde atenderle». Como ejemplo, cita el caso de que para una misma lesión coronaria en un paciente puede estar indicada la cirugía, en otro la colocación de un «stent» y en otro un tratamiento paliativo.

El presidente de los geriatras recuerda asimismo que las personas mayores ingresadas en residencias son las más afectadas por esta terrible epidemia en todo el mundo. Por ejemplo, de todos los fallecidos por Covid-19, el porcentaje de los que lo han hecho en centros de mayores es del 82% en Canadá; del 51% en Francia; del 58% en Noruega, del 49% en Suecia; del 40% en Estados Unidos y del 30% en España, tasa menor en nuestro país al contabilizar sólo como fallecidos por coronavirus a los que previamente se les ha hecho una prueba PCR y ésta ha dado positiva.

«La OMS estima que la mitad de las muertes por Covid-19 en Europa se han producido en ancianos ingresados en residencias». Según el comunicado, varios factores han influido en esta elevada mortalidad. Algunos de ellos son inherentes al medio residencial: «Muchas personas muy mayores, con patologías previas que además están en estrecho contacto entre ellos y con los trabajadores del centro». Y, añade que otros que han ocurrido en todo el entorno sanitario: falta de equipos de protección, falta de test diagnósticos y un elevado número de bajas entre los trabajadores en muchas ocasiones difíciles de suplir.

El texto remarca con respecto a España que la pandemia ha afectado principalmente a los ancianos ingresados en residencia, y subraya un hecho importante: «Que no se ha negado el ingreso hospitalario a los ancianos de la Comunidad de Madrid también lo dicen los datos: 10.300 residentes han sido trasladados desde su residencia a hospitales desde el 1 de marzo hasta el día 5 de junio (una media de 106 cada día); el día 6 de abril se alcanzó un pico de 206 traslados de residencias a hospitales; de los 2.226 pacientes ingresados en La Paz entre el 25 de febrero y el pasado 19 de abril, el 32% (709 personas) provenían de una residencia de mayores... y así en el resto de hospitales». El comunicado añade que «esta es la segunda pista: «con estos datos no se puede sostener que los hospitales han dado la espalda a las personas mayores que viven en residencias».

El presidente añade que duele escuchar afirmaciones del tipo «se han prohibido las derivaciones», «se les han negado tratamientos», «se ha abandonado a las residencias»...

El texto hace hincapié en que la implicación de los servicios de geriatría madrileños ha sido excepcionalmente elevada porque, a su labor en la asistencia hospitalaria de los pacientes mayores con Covid 19 ingresados en los hospitales, han añadido la puesta en marcha de la figura del geriatra de enlace para valorar la ideoneidad del ingreso de los pacientes de residencias, siempre buscando el máximo beneficio y calidad de vida para cada persona.

La tercera consecuencia es, según la nota, que no ha fallado el sistema de atención geriátrica instalado. Destaca aquí el el único enemigo es el Covid-19 y que «se ha malinterpretado el sentido de los protocolos y circuitos puestos en marcha, tergiversación realizada por grupos de interés variopintos».

«Cuando a un residente se le ha intentado manejar en su residencia ha sido porque la derivación al hospital no le iba a proporcionar un beneficio en su pronóstico vital. Hay que recordar que en el periodo más virulento de la pandemia la situación de los hospitales era de guerra: centros que habiendo aumentado el número de camas en un 30% tenían más de 200 pacientes pendientes de una cama para ingresar en planta, esperando en los servicios de urgencia; unidades de cuidados intensivos que habiendo incrementado su capacidad en un 400% estaban tensionados al máximo para tener capacidad para atender a pacientes que muy probablemente se beneficiarían del tratamiento en ese tipo de unidades». Un entorno, añade, «no muy adecuado a personas tan frágiles y tan dependientes, sin un beneficio para ellos».