Coronavirus

¿Podemos contagiarnos de coronavirus a través del aire acondicionado?

Los expertos critican que no se tenga en cuenta que el virus también puede trasmitirse por aerosoles, aunque la OMS diga que no hay evidencia científica

Hace menos de un año en España se miraba con extrañeza a los ciudadanos, sobre todo asiáticos, que llevaban mascarilla por la calle. Ahora la mirada de reprobación es para quien no la lleva puesta.

La ciudadanía española ha asumido ya como comportamiento natural el uso de mascarilla y la distancia física de un metro y medio con los que no se convive. Cualquiera sabe que el coronavirus se trasmite por las gotas que uno expulsa al hablar o al toser, pero pocos tienen en cuenta que también es posible la trasmisión por aerosol en ambientes cerrados. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegure que no hay evidencia científica de que el coronavirus pueda trasmitirse así, diversas investigaciones dan una versión contradictoria.

De hecho, hace dos meses se publicó en la revista «Emerging Infectious Diseases», del Centro de Control de Enfermedades de EE. UU, un artículo sobre el contagio que tuvo lugar en un restaurante de Guanzhu, en China, entre miembros de tres familias que se habían situado en mesas cercanas y donde se apuntaba a que el aire acondicionado podría ser uno de los factores que influyó en la transmisión del virus.

En Wuhan, las autoridades sanitarias chinas también lo investigaron como posible responsable de la trasmisión del virus en un autobús a partir de una persona asintomática.

Transmisión del virus covid-19 a través de los aires acondicionados
Transmisión del virus covid-19 a través de los aires acondicionadosTeresa Gallardo

Según estos casos , una corriente de aire podría desplazar los aerosoles más allá de la distancia de seguridad del metro y medio.

Entonces, ¿habrá que evitar los aires acondicionados en sitios cerrados como oficinas y restaurantes este verano? Una opción que en España se haría del todo insoportable, teniendo en cuenta que aquí las temperaturas sobrepasan muchos días los 40 grados. De momento, lo ocurrido en la Universidad de Murcia ha puesto en sobreaviso. Hace una semana tuvieron que cerrar la Facultad de Letras después de que se hallaran trazas de coronavirus en los conductos que trasportan el aire.

Ante la preocupación y las dudas suscitadas, la OCU ha salido al paso y asegura que «pueden seguir utilizándose, pero se desaconseja evitar los aparatos de aire centralizados y con conductos (los más comunes en edificios comerciales y de oficinas) porque «a veces, para ahorrar energía, se hace una recirculación del aire entre espacios, pero eso, en la actual situación, es preferible no hacerlo».

Respecto a las instalaciones domésticas habituales, los de split, «como no hay entrada de aire desde el exterior y tampoco hay recirculación entre los espacios no hay riesgo».

Esta diferenciación que hace la OCU «no tiene ningún sentido» para Antonio Burgueño Carbonell, el director de Hospitales de la Comunidad de Madrid, porque «en un domicilio no hay contagios si sus miembros salen sanos y entran sanos». Pero considera que sí hay que vigilar estos aparatos en espacios cerrados donde se acumulen los grupos y critica que no se tenga en cuenta su riesgo: «Hay un enredo filosófico que nos ha hecho creer durante muchos meses que el virus solo viaja por las gotas gruesas de saliva y la nueva realidad se ha reconfigurado en torno a eso, cuando sabemos que además se trasmite por aerosoles». «Digamos también que hay que controlar el virus en interiores y matarlo en los aires acondicionados», añade el especialista.

La solución perfecta para Burgueño es la que ya se implementa en los quirófanos, que tienen un modelo de climatización de flujo laminar «pero es caro y entiendo que los negocios no puedan invertir en esta técnica». Pero explica que existe otra opción bastante económica, que es «poner un higienizador que inventó la NASA, el filtro Hepa», compuestos por una malla de fibras de vidrio con un diámetro de 0,5 a 2,0 micras, que tiene la función de atrapar partículas contaminantes.

«Tiene más sentido invertir en esto que reducir el aforo de los restaurantes al 50%», asegura este médico. Otro debate abierto entre todos los interrogantes de esta pandemia. que cambia nuestros hábitos.