Cáncer
Estudian la capacidad del ayuno para potenciar la quimioterapia
Investigadores españoles estudian, por primera vez en humanos, el poder antitumoral de la abstinencia
El ayuno es una práctica que está de moda hasta el punto de que puede convertirse en una ayuda para los pacientes oncológicos. Eso es precisamente lo que está estudiando, por primera vez en humanos, el Instituto Imdea Alimentación junto con el Hospital Universitario Infanta Sofía de la Comunidad de Madrid, que han puesto en marcha un ensayo clínico en pacientes diagnosticados con cáncer colorrectal para evaluar si el ayuno de corta duración (48 horas) podría potenciar los efectos beneficiosos de la quimioterapia, reduciendo sus efectos secundarios (niveles de toxicidad) y aumentando la eficacia antitumoral.
La idea no parece descabellada. De hecho, «hay ya varios estudios con ratones, y unos pocos con pacientes de cáncer de grupos americanos y alemanes, que han descrito dos beneficios claros de no comer junto a la quimioterapia: por un lado, reduce la toxicidad (los efectos secundarios); esto se ha demostrado en todos los estudios con humanos, sobre todo pacientes de cáncer de mama y ovario, pero también de otros tipos de tumor. Los afectados que ayunaban recuperan más rápido los glóbulos rojos y plaquetas, que bajan con la quimioterapia; y muestran mejores parámetros de bienestar tras el tratamiento que los que no ayunaban. En segundo lugar, esa abstinencia mejora la eficacia de la quimioterapia contra el tumor. Esto se ha demostrado sobre todo con modelos de ratón, y hay un estudio en pacientes humanos de cáncer de mama muy reciente en el que también se muestra que los tumores frenaban más su avance en afectadas que no comían alrededor de la quimioterapia», asegura Pablo José Fernández Marcos, responsable del grupo de Síndrome Metabólico del Instituto Imdea Alimentación.
En concreto, en este ensayo los pacientes que se presentan voluntarios para realizar el ayuno de 48 horas alrededor de cada ciclo de quimioterapia (24 horas antes y 24 horas después, aproximadamente) pueden ingerir cualquier líquido sin calorías, como agua, café solo, té o infusiones. Para estudiar los efectos de este procedimiento se utiliza una cantidad pequeña de sangre, obtenida durante las mismas extracciones que se toman para el control rutinario de la quimioterapia, sin necesidad de realizar extracciones adicionales.
Pero, ¿cuál es la explicación que subyace bajo esta teoría? Según apunta Fernández Marcos, «en nuestro grupo estamos estudiando el gen p21, que se induce muy fuertemente con la inanición en tejidos de ratón y detiene la proliferación de las células, pero aún no tenemos resultados concluyentes. Hay también otras hipótesis, como la inhibición de la hormona IGF-1, pero aún no se tiene claro el mecanismo exacto. En cuanto a la mejor eficacia contra el tumor, se sabe que los ratones que ayunan alrededor de la quimioterapia tienen una respuesta inmune anti-tumoral mucho más eficaz. En mi grupo estamos caracterizando esta respuesta mejorada, y vemos que los linfocitos están más activos y dispuestos a atacar a las células tumorales cuando el ratón ayuna alrededor de la quimioterapia».
Esta teoría también se ha puesto bajo la lupa de la ciencia con otro tipo de tumores en nuestro país. A principios de este año investigadores del Cima Universidad de Navarra pusieron en marcha un proyecto experimental que sugiere que las condiciones de ayuno temporal mejoran la eficacia de la inmunoterapia aplicada en casos de cáncer de pulmón en modelos animales. «En situación de ayuno intermitente se ponen en marcha mecanismos celulares que pueden potenciar la actividad de fármacos capaces de reactivar el sistema inmune para que ataque a los tumores. Seguimos profundizando en ello con el objetivo de mejorar la terapia antitumoral», asegura Rubén Pío, director del Programa de Tumores Sólidos del Cima.
La evidencia científica todavía es escasa y aún «queda mucho por avanzar; pero los resultados actuales resultan muy prometedores», admite Fernández Marcos. De hecho, desde la Universidad de Navarra también estudian los posibles beneficios de la inanición en cáncer de ovario. «Por ahora, son estudios pequeños que requieren ser confirmados. Por tanto, es prematuro concluir si el ayuno tiene o no un beneficio clínico en el paciente con cáncer. Sobre todo, teniendo en cuenta las potenciales complicaciones metabólicas de esta opción, como la desnutrición o la sarcopenia», recuerda Pío.