Osteoporosis
La pandemia aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas óseas
El sedentarismo derivado del confinamiento y la menor exposición solar han agravado la fragilidad ósea en las mujeres
La osteoporosis afecta a dos millones de mujeres en nuestro país, según la Sociedad Española de Reumatología (SER), convirtiéndose en una patología crónica en la que el médico de atención primaria tiene un papel determinante. «Se trata de una enfermedad metabólica ósea, caracterizada por un desequilibrio entre la resorción ósea y la formación, lo que ocasiona fragilidad, disminución de la resistencia y aumento de riesgo de fracturas. La pandemia y los periodos de confinamiento pueden haber contribuido en los factores de riesgo modificables, como son el sedentarismo, la baja ingesta de calcio o la poca exposición solar (déficit de vitamina D). La falta de actividad física regular aumenta la debilidad muscular y favorece las caídas, que constituyen el mecanismo de producción de las fracturas», explica Cristina Carbonell, médico de Atención Primaria especializada en osteoporosis.
El seguimiento habitual de una paciente con osteoporosis puede realizarse a través de atención primaria una vez al año, pero la pandemia ha trastocado estos plazos, pues durante estos meses se ha priorizado la consulta telemática, lo que ha podido mermar el diagnóstico de nuevos casos. «Hemos perdido primeros diagnósticos, pacientes que han sufrido alguna fractura y han ido al hospital, pero no nos lo han comunicado. O personas con osteoporosis que no estaban identificados», reconoce la especialista.
Una vez que se diagnostica, la adherencia al tratamiento resulta esencial: «Sabemos que las mujeres que no cumplen el tratamiento tienen peores ganancias de masa ósea y mayor número de fracturas, que deterioran la calidad de vida y en ocasiones causan mortalidad», advierte Carbonell.
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