Oncología

Estrategias para luchar contra el cáncer colorrectal

Cáncer de colon
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La Sociedad Española de Oncología Médica estima que en el año 2021 en España se diagnosticarán 43.581 personas de cáncer de colon o recto: cinco personas cada hora. En números absolutos, es el más frecuente de los tumores malignos. En 2020 fallecieron por cáncer de colon y recto 16.470 personas, la segunda causa de muerte por cáncer tras el tumor de pulmón.

Para luchar contra esta enfermedad, la mejor estrategia es su prevención, que puede ser primaria, adquiriendo hábitos de vida saludables como no fumar, evitar el sobrepeso, comer sano y hacer ejercicio físico, o secundaria, con los programas de cribado para la detección precoz del cáncer colorrectal.

Un programa de cribado incluye a la población de mayor riesgo de padecer la enfermedad, en este caso los mayores de 45-50 años, mediante una prueba anual que detecta la presencia de sangre en las heces. Si esta prueba resulta positiva, se recomienda una colonoscopia con sedación para visualizar el colon y recto por dentro e identificar la causa. En ocasiones, es algo no tumoral y en otras son pólipos que están en el proceso de convertirse en un cáncer, pero todavía no lo son y, en la mayoría de los casos, se pueden resecar con el endoscopio durante el mismo procedimiento y se resuelve el problema. Otras veces, se encuentra un cáncer que, indudablemente, al ser diagnosticado en un programa de cribado en población asintomática, tendrá un estadio más precoz que si se detecta cuando hubiera síntomas y, por tanto, será de mejor pronóstico y con mayores probabilidades de curación.

Desde el año 2000 la Organización Mundial de la Salud recomendó los programas de cribado para la población mayor de 50 años y en 2021 todavía no está cubierto todo nuestro territorio nacional. La adherencia de la población a los programas de cribado es crucial para optimizar la rentabilidad de la prueba. Las razones de no-adherencia son múltiples, entre ellas, la falta de formación, la disposición en contra de la población que no entiende la trascendencia de la detección precoz, las enfermedades concomitantes y el miedo a la posible colonoscopia. El contacto continuado del médico con los candidatos al cribado es esencial para mejorar la adherencia, así como que los medios audiovisuales expliquen de forma sencilla los potenciales beneficios y riesgos de la prueba. ¿Cuántas campañas de cribado han visto ustedes en su Comunidad Autónoma anunciadas en estos medios? Es fundamental concienciar a la población sobre los beneficios en salud de la prevención primaria y secundaria.

El trabajo en equipo de patólogos, biólogos, radiólogos, cirujanos digestivos, oncólogos médicos y radioterápicos, es decir, el abordaje multidisciplinar del tratamiento del cáncer colorrectal es uno de los logros de las últimas décadas que ha conseguido mejores resultados terapéuticos. La curación de la enfermedad metastásica en el hígado o pulmón con tratamiento antitumoral previo a la cirugía es un ejemplo. Conocer qué es lo que dirige el comportamiento del tumor es crucial para diseñar un tratamiento personalizado con mayores posibilidades de eficacia y menor toxicidad, nos permite identificar nuevas dianas terapéuticas y desarrollar nuevos fármacos. Pero no es tan sencillo, pues el cáncer está formado por distintos tipos de células tumorales que interaccionan con las nuestras (fibroblastos, macrófagos, células que revisten los vasos sanguíneos, etc.) obteniendo de ellas factores de crecimiento y comportamientos que las benefician. Además, el tumor cambia continuamente para resistir a los tratamientos, evadir nuestro sistema inmune y crecer, invadir y metastatizar. Las limitaciones de hacer una biopsia convencional repetidas veces, impulsan la identificación de restos tumorales en sangre, o biopsia líquida, menos invasiva, que permite caracterizar a los responsables de la dinámica tumoral en tiempo real mediante un análisis sanguíneo pormenorizado. Probablemente, en un futuro, el programa de cribado se haga mediante una extracción de sangre.

Abordar un escenario tan complejo y cambiante requiere de un trabajo de investigación conjunto con grupos nacionales e internacionales y tecnologías de radiómica, genómica, transcriptómica, proteinómica, epigenómica, metabolómica, etc. que a su vez generan una cantidad ingente de datos que tienen que ser procesados por bioinformáticos y validados prospectivamente para que puedan ser aplicados a la sociedad.

La dieta, entre otros factores, también influye en los tipos de bacterias, hongos, etc. que habitan en el interior de nuestro intestino, la microbiota. A su vez, ésta influye en la eficacia de nuestro sistema inmune, en la mayor o menor respuesta a los tratamientos y en el proceso de carcinogénesis o de formación de tumores. Son muchos los frentes que debemos atender y para poder ganarle terreno al cáncer, tenemos que trabajar en equipo y disponer de un presupuesto de investigación adecuado y acorde con el cuarto puesto en posicionamiento económico que tiene España en la Unión Europea. Todo ello en beneficio de nuestros pacientes, que algún día seremos nosotros.