Covid-19

España ensaya con nuevos fármacos capaces de disminuir la hospitalización y mortalidad

Un anticuerpo monoclonal para la artritis reduce un 65% la enfermedad en mayores de 70 años si se usa de manera temprana

Sanitarios atienden este jueves a pacientes graves afectados por covid-19
Sanitarios atienden este jueves a pacientes graves afectados por covid-19José Luis CereijidoEFE

Tras más de un año de andadura en la lucha contra la Covid-19, las vacunas se han convertido en la principal arma, pero no son las únicas. Además de la ansiada inmunización, la Ciencia libra una ardua batalla investigadora para encontrar fármacos que ayuden a frenar la enfermedad y reducir las tasas de mortalidad, principalmente en pacientes de mayor edad.

Este trabajo está dando buenos frutos tal y como demuestra el estudio Comet-ICE, ya en fase III, que analiza el empleo de un medicamento que puede ayudar en la lucha frente a la Covid-19 y cuya evaluación ya está en manos de la Agencia Europea del Medicamento desde esta semana. «Se trata del uso de un fármaco de manera temprana que ha logrado resultados muy positivos, pues reduce un 85% las hospitalizaciones o muertes, es decir, se logra la ausencia de progresión de la infección durante el primer mes de tratamiento», asegura Manuel Crespo, especialista de Medicina Interna y portavoz científico para España y Europa del estudio Comet-ICE.

En este caso, la clave del nuevo fármaco, realizado por GSK en colaboración con la compañía biotecnológica Vir, es que «estimula la producción de células efectoras que eliminan las ya infectadas. Y tiene un elevado potencial de neutralización del virus, pues impide que infecte nuevas células al bloquear el mecanismo que éste usa para entrar en las células pulmonares», detalla Arturo López, director médico de GSK.

Aunque los datos que se manejan en este ensayo todavía son preliminares, las expectativas resultan muy halagüeñas: «Se trata de un avance que puede cambiar el panorama actual, pues no disponemos de ningún tratamiento eficaz para frenar la progresión de la infección al principio, algo que nos preocupa en individuos de mayor edad o con patologías previas», avanza Crespo, quien detalla que «la única limitación es que la ventana de oportunidad es muy pequeña, porque hay que tratar al paciente en los primeros cinco días desde el inicio de síntomas. Por eso, se está trabajando en lograr una aplicación oral y no intravenosa, tal y como sucede ahora, para que pueda aplicarse de forma más sencilla bajo la prescripción de los profesionales de atención primaria».

Pero no es el único, pues entre las esperanzas más recientes se encuentra el uso de otilimab, un anticuerpo monoclonal cuyo empleo ha demostrado reducir la mortalidad en pacientes mayores de 70 años. En concreto, un 65,1% de los afectados de esta edad estaban vivos y libres de insuficiencia respiratoria 28 días después del uso de este fármaco más el tratamiento estándar (incluidos los antivirales y corticosteroides), en comparación con el 45,9% de los que sólo recibieron la pauta habitual. «El estudio OSCAR de fase II ha arrojado una respuesta muy favorable con datos excepcionales sobre todo en pacientes más mayores con una dosis única de otilimab. A pesar de que este grupo de edad no era el único objetivo del ensayo, el hallazgo resulta clave, porque se trata de la población más frágil, pues representan el 70% de las muertes relacionadas con coronavirus y casi el 40% de las hospitalizaciones», asegura Germán Peces Barba, jefe asociado de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, uno de los centros participantes en este estudio junto con otros siete hospitales de nuestro país.

A pesar de que se trata de un anticuerpo monoclonal en investigación para la artritis reumatoide, la clave de este fármaco es que «actúa bajo el principio de prevenir el daño autoinflingido que se produce el paciente a través de su sistema inflamatorio para luchar contra la enfermedad. Es decir, cuando se desarrolla la Covid-19, el afectado utiliza la inflamación de manera defensiva, aunque al enfrentarse al SARS-CoV-2 puede convertirse en autolesiva y potencialmente dañina. Sin embargo, con esta alternativa, junto al tratamiento convencional, vemos que el daño es menor y, por tanto, la supervivencia aumenta, sobre todo en el grupo de edad que más nos preocupa, por lo que resulta muy esperanzador», asegura Peces-Barba, quien espera que «la evidencia se corrobore en pocos meses para tener otra herramienta frente a esta nueva patología».

Y es que, dado que estos datos sugieren un beneficio clínico importante en pacientes de alto riesgo, tal y como son los mayores de 70 años, la investigación ha dado un pequeño giro. «Hemos decidido modificar el estudio para expandir esta cohorte y así confirmar estos hallazgos potencialmente significativos en los próximos meses», asegura López, quien hace hincapié en que, «además de las vacunas, vemos una clara necesidad de disponer también de terapias adicionales para combatir la pandemia. Los medicamentos para tratar la Covid-19 son cruciales para abordar las necesidades de los pacientes con la enfermedad en curso».

Trabajo conjunto por el bien común

«En nuestra búsqueda de soluciones frente a la Covid-19 estamos comprometidos a trabajar en equipo y establecer colaboraciones, adoptar un enfoque global, asegurar un compromiso con el acceso al tratamiento y apoyar la preparación para futuras pandemias. Gracias a ello contamos con tres tratamientos en desarrollo y uno de ellos activo frente a las variantes que están apareciendo. Estamos trabajando con varios socios científicos y tenemos uno de los portafolios más amplios que abarcan desde la prevención hasta el tratamiento, con tres vacunas adyuvadas, un acuerdo para desarrollo de vacunas de ARNm de nueva generación y tres medicamentos de anticuerpos monoclonales en ensayos clínicos», asegura Arturo López, director médico de GSK.