Investigación

Cómo una cepa “made in Spain” se expandió por Europa tras el verano de 2020

Una investigación publicada en “Nature” analiza la rápida propagación por Europa de una variante que no era especialmente transmisible, lo que denota la importancia de las cuarentenas y los controles ahora que se reanuda el turismo

Turistas caminan por el paseo marítimo de la playa de Palma de Mallorca. EFE/ Atienza
Turistas caminan por el paseo marítimo de la playa de Palma de Mallorca. EFE/ AtienzaATIENZAEFE

Es probable que la pandemia esté dando sus últimos coletazos, salvo que las nuevas variantes puedan poner en jaque todo lo conseguido. ¿El motivo? Se siguen sin extremar las precauciones. Una investigación publicada esta semana en “Nature” explica cómo una cepa “made in Spain” se expandió por Europa a finales de agosto tras las vacaciones de los europeos en nuestro país.

A través de un análisis filogenético de las secuencias del genoma viral con un detalle sin precedentes, los investigadores, dirigidos por Emma Hodcroft, de Universidad de Berna (Suiza), han podido determinar hasta dónde se expandió esta variante, 20E (EU1), que por suerte no era especialmente transmisible.

Si bien el SARS-CoV-2 se propagó a nivel mundial a principios de 2020 antes del cierre de las fronteras, los viajes intercontinentales se redujeron considerablemente desde entonces. Sin embargo, los viajes dentro de Europa se reanudaron en el verano de 2020.

A principios de verano, en nuestro país surgió la variante citada que se expandió posteriormente por Europa. “A pesar de las restricciones de viaje, estimamos que la 20E (EU1) fue introducida cientos de veces en países europeos por viajeros de verano, probablemente socavando los esfuerzos locales para mantener bajos los casos de SARS-CoV-2. Aunque la variante no muestra evidencia de una mayor transmisibilidad, los hallazgos demuestran cómo los viajes pueden contribuir a un aumento en la frecuencia de las variantes. Ya que nuestros resultados demuestran cómo una variante puede convertirse rápidamente en dominante incluso en ausencia de una ventaja de transmisión sustancial en entornos epidemiológicos favorables“ y resaltan “la importancia de la vigilancia genómica y las estrategias de contención a medida que se reanuda el turismo”.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de Suiza, España y Estados Unidos hicieron un seguimiento del SARS-CoV-2 casi en tiempo real mediante el análisis de las secuencias del genoma viral, un método de seguimiento que también puede detectar la aparición de nuevas variantes. A principios del verano de 2020, se detectó una nueva variante en España y esta variante se extendió posteriormente por Europa. La variante, denominada 20E (EU1), alberga una mutación en el dominio de la proteína de pico (una estructura que media la entrada del virus en las células huésped). Sin embargo, esta mutación no parece tener un efecto notable sobre la transmisibilidad.

Para determinar cómo esta variante se convirtió en una fuente importante de la Covid-19 en Europa en el otoño de 2020, los investigadores rastrearon su historia evolutiva o filogenia y comprobaron cómo esta variante se dispersó por Europa tras la apertura de fronteras el 15 de junio de 2020. Sus análisis revelan que 20E (EU1) fue más prevalente en España en julio y agosto, pero se observó en muchos otros países europeos a finales de agosto, incluidos Bélgica, Suiza, Francia, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Letonia, Suecia, Noruega. e Italia.

“El número de casos confirmados de SARS-CoV-2 en España pasó de 10 casos por 100.000 habitantes por semana a principios de julio hasta los 100 a finales de agosto, mientras que el número de casos se mantuvo bajo en la mayor parte de Europa durante este tiempo”, precisan los investigadores en el estudio.

El árbol filogenético indica que hubo exportaciones repetidas desde España y los patrones de introducciones en otros países son consistentes con los pronosticados por los datos de viajes. Muchos países de la UE reanudaron los viajes a mediados de junio, que alcanzaron su punto máximo durante julio y agosto, coincidiendo con el pico de prevalencia de 20E (EU1) en España.

Por lo tanto, los autores concluyen que “los viajes internacionales, junto con una contención y cuarentena insuficientes, tuvo un papel en el resurgimiento de casos en muchos países europeos. Se necesitan mejoras en las estrategias para reducir el riesgo de que las variantes se propaguen a medida que se reanuda el turismo para ayudar a los países a mantener bajos los niveles de transmisión del SARS-CoV-2″.