Investigación
Impulsar el acceso a CAR-T para llegar a más pacientes
Después de dos años de éxito el reto ahora es identificar mejor a los candidatos a esta terapia
Como reza el refrán, la experiencia es un grado. Por eso, dos años después de la llegada de las terapias CAR-T y tras la implantación del «Plan de abordaje de las terapias avanzadas en el Sistema Nacional de Salud: Medicamentos CAR», es momento de evaluar su implantación en aras de mejorar aquellos puntos en los que ésto sea posible.
Porque, aunque el balance general es muy positivo, es necesario abordar algunos retos para garantizar el éxito futuro de estas terapias en nuestro país. Así lo estiman los expertos reunidos en el segundo encuentro «Terapias avanzadas. Dos años de CAR-T en España, una mirada hacia el futuro» por Gilead Sciences y su compañía de terapia celular Kite.
España ha sido un país modelo en el abordaje de los medicamentos CAR-T, demostrando que es posible introducir la innovación de manera sostenible mientras se ayuda a pacientes con necesidades urgentes. Sin embargo, aún hay margen de mejora en cuestiones como la derivación a los centros de referencia y la equidad de acceso al tratamiento.
Y es que «las terapias avanzadas están consiguiendo cambiar la vida de muchos pacientes en situación crítica para los que no había alternativas terapéuticas antes de la llegada de los CAR-T», dijo María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead España.
En nueve centros
En la actualidad se cuenta con nueve centros hospitalarios designados por el Ministerio de Sanidad para la administración de estas inmunoterapias personalizadas de nueva generación en adultos. Una cifra que, coincidieron todos los expertos, a día de hoy, podría y debería ampliarse para llegar a más pacientes. «Ahora hay muchos centros que están capacitados para ello, al menos tres en Galicia, con experiencia formación y ganas para hacerlo. El centro más cercano que tenemos está en Salamanca, a cinco horas, y no hay motivo para que un gallego tenga que ir a una ciudad ajena y muy muy lejana, por eso en este tema tenemos que avanzar y mejorar», aseguró Jorge Aboal, director General de Asistencia Sanitaria del Sergas.
Otro aspecto señalado por los expertos fue una mejora en los procesos de derivación de los pacientes: «En cuanto a la aprobación a mi me parece que está optimizado y los comités funcionan muy muy bien. El 68% de casos que se presentaron como urgencia vital se dio el si o el no en menos de 24 horas y el 80% de las que no eran urgencia tenían repuesta en menos de 72 horas, con lo que el comité está siendo un ejemplo de hacer las cosas bien. La aprobación está funcionando de forma muy diligente. El problema es el proceso de derivación en mi opinión», dijo Concha Herrera, jefa de Servicio de Hematología y directora de la Unidad de Terapia Celular del Hospital Reina Sofía de Córdoba.
«Este es uno de los puntos que nos debe hacer plantearnos la revisión del Plan Nacional. Tenemos dos años de experiencia y muchos pacientes tratados. Proceso que actualmente se podría simplificar a día de hoy en aras de simplificar el tratamiento del paciente y de un tratamiento en número de días que es difícil de reducir por nuestra parte», aseguró Anna Sureda, jefa del Servicio de Hematología Clínica del ICO L’Hospitalet y presidenta de la Sociedad Europea de Trasplante Hematopoyético.
«Hasta ahora el Plan Nacional ha funcionado razonablemente bien conjugando eficacia y seguridad junto con la sostenibilidad del sistema. Se podrían gestionar dos infusiones por semana por cada centro. Realmente estamos muy por debajo de los que esperábamos. El propio plan tiene mecanismos para admitir nuevos centros en caso de ser necesario», añadió Ramón García Sanz, jefe del laboratorio de Histocompatibilidad y Biología Molecular del Hospital de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.
Una situación que podría «agravarse» con la entrada de nuevas indicaciones. «Era previsible que las terapias CAR-T, desarrolladas inicialmente en leucemia linfoblástica B y linfoma difuso de células B grandes, se extendiese a otras neoplasias de línea B y, con dianas diferentes, como el mieloma múltiple o el linfoma de Hodgkin, pero el reto es su extensión a los tumores sólidos, donde hay muchísimos ensayos clínicos en marcha y su establecimiento en algunas indicaciones supondrá un antes y un después en este campo», confirma Fermín Sánchez-Guijo, jefe de Sección Terapia Celular del Servicio de Hematología de Hospital Universitario de Salamanca y vicepresidente de la Sociedad Internacional de Terapia Celular.
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