Aniversario
4 de abril de 1969: el día que se trasplantó el primer corazón artificial del mundo
Esta experiencia mostró que los sistemas mecánicos de apoyo circulatorio podrían usarse para mantener vivo a un paciente hasta que se encuentre un donante de corazón
El fundador del “Texas Heart Institute”, el doctor Denton A. Cooley, fue el responsable de realizar el primer implante de corazón artificial total del mundo el 4 de abril de 1969, iniciando así la búsqueda para construir un corazón artificial total. El dispositivo, desarrollado por el doctor Domingo Liotta, fue implantado en un paciente de 47 años con insuficiencia cardiaca severa llamado Haskell Karp. Y fue uno de los hitos médicos más significativos para los pacientes que esperaban un corazón nuevo, allanando el camino para que los dispositivos mecánicos se utilizaran como “puente” para el trasplante. Esta experiencia mostró a los médicos que esto es posible, lo que significa que los sistemas mecánicos de apoyo circulatorio podrían usarse para mantener vivo a un paciente hasta que se encuentre un donante de corazón.
El paciente
A principios de abril de 1969, Haskell Karp, su esposa Shirley y sus tres hijos, se habían trasladado a Houston, como tantos otros, para tratar de poner remedio a la enfermedad cardíaca grave que sufría el padre de familia. Haskell había sufrido cuatro ataques cardíacos en los últimos 10 años y estos habían dañado gran parte de su miocardio. En la noche del miércoles 2 de abril, el doctor Denton Cooley llegó a la habitación de Karp, en el Hospital “St. Luke’s Episcopal” en Houston, con una idea que podría salvar su vida. En lugar de esperar el corazón de un donante, que bien podría no llegar nunca, había otra opción. Podrían proceder con un procedimiento de cuña ventricular y si resultaba mal, Cooley podría colocar una bomba implantable temporal para poder esperar hasta que el corazón de un donanteestuviera disponible para el trasplante. La bomba era nueva pero estaba lista y Cooley estaba preparado para operar. Karp le pidió a Cooley que regresara al día siguiente, cuando su esposa estaría presente para escuchar la propuesta.
Eran cerca de las 7 de la tarde del jueves cuando reapareció Cooley, con un formulario de consentimiento en la mano, quería operar al día siguiente. Convencidos por el cirujano de la necesidad de proceder y hacerlo con urgencia, los Karp firmaron el formulario de consentimiento. No estaban seguros de por qué tanta prisa y no tenían claro cuál era el plan a seguir, más allá del hecho de que el formulario decía que era un “dispositivo mecánico”.
El “dispositivo mecánico”
Este corazón artificial era una bomba de doble ventrículo impulsada por aire, en el que las válvulas sin bisagras controlaban el flujo de sangre a través de las áreas de entrada y salida de la bomba. Las dos cámaras de bombeo (los “ventrículos”), los conductos de entrada en forma de manguito (las “aurículas”) y los conductos de salida estaban revestidos con un tejido especial que promovía la formación de una superficie celular lisa. Por último, los conductos flexibles de entrada y salida estaban hechos de tela y las cámaras de la bomba estaban hechas de tela y plástico.
La operación
El 3 de abril, el doctor Cooley telefoneó a Herb Smith, jefe de Comunicaciones Médicas del Departamento de Cirugía de Baylor, para solicitar que la prensa estuviera presente en la cirugía de Karp al día siguiente. El 4 de abril de 1969, que cayó en Viernes Santo, Denton Cooley había programado cinco casos de cirugía a corazón abierto, dejando a Karp para el final. Tras abrir el tórax, el doctor examinó el ventrículo izquierdo aneurismático y observó una complicación había un problema. El tejido cicatricial abarcaba más de dos tercios del miocardio del ventrículo izquierdo y se extendía hacia el tabique interventricular. Cooley, una eminencia el mundo de la ventriculoplastia, en ese momento se dio cuenta que el procedimiento probablemente no tendría éxito, pero se sintió en la obligación de intentarlo. En cuestión de minutos, sus temores se hicieron realidad, no quedaba suficiente músculo cardíaco en funcionamiento para hacer el trabajo. Por lo que Cooley no dudó un instante y sacó el corazón de Karp, dejando suficiente tejido para colocar la bomba protésica. Tras adaptarla a los restos del corazón de Karp, los cirujanos activaron la bomba y, al ver que funcionaba según lo esperado, cerraron al paciente. En cuestión de minutos, Cooley estaba frente a los reporteros para una rueda de prensa improvisada.
Karp, por su parte, sobrevivió la primera noche, aunque su estado era bastante frágil, ya que la producción de orina había sido escasa desde el comienzo del postoperatorio y estaba empeorando. Mantener altos los niveles de oxígeno en la sangre también se convirtió en un desafío tras las primeras horas del trasplante, algo grave le estaba sucediendo a sus pulmones. La necesidad de un donante de corazón se agudizó y un cierto pánico comenzó a apoderarse del equipo médico. Como medida desesperada, Cooley convenció a Shirley Karp para que se presentara ante las cámaras e hiciera una súplica a nivel nacional para encontrar un donante de corazón. El domingo por la noche apareció uno que podían aceptar, pertenecía a una mujer de 40 años de Lawrence, Massachusetts, llamada Barbara Ewan. La Sra. Ewan, que era viuda, había estado en coma en el hospital de su localidad durante más de dos semanas. No obstante, el sábado 5 de abril, sufrió un paro cardíaco y las pruebas indicaron que había sufrido un daño cerebral irreversible. Después de ver el llamamiento televisivo entre lágrimas de Shirley Karp, los hijos de la Sra. Ewan decidieron donar su corazón. El lunes por la mañana, Denton Cooley procedió con su decimonoveno trasplante de corazón humano. En el momento de su extracción, el corazón artificial había estado bombeando la sangre de Haskell Karp durante sesenta y cuatro horas, casi tres días. Después de la operación, Karp recibió soporte respiratorio, así como soporte circulatorio constante.
Fallecimiento
Karp había sufrido complicaciones desde el momento en el que le implantaron la prótesis. La función de filtrado de sus riñones se estaba deteriorando rápidamente, con concentraciones elevadas, y cada vez peores, de nitrógeno ureico en sangre. Asimismo, una radiografía de tórax mostró una congestión pulmonar. Haskell Karp murió a las 3:15 de la tarde del 8 de abril de 1969. Y, aunque se realizó un examen post mortem que demostró que la mayoría de los órganos y tejidos tenían evidencia de congestión circulatoria, se consideró que la causa inmediata de la muerte fue una neumonía causada por la bacteria “Pseudomonas aeruginosa”.
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