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Congreso Nacional

Hacia una nueva farmacia más activa como agente de salud

El 22 Congreso Nacional Farmacéutico ha dibujado esta semana en Sevilla cómo será la botica tras la pandemia

Dicen que las crisis son una ventana de oportunidad y la pandemia no ha sido menos, sobre todo para agentes de salud como la farmacia, que ha salido reforzada con la Covid-19 después de haber demostrado su gran músculo asistencial y sanitario y lo mucho que puede aportar al Sistema Nacional de Salud (SNS).

Así ha quedado demostrado esta semana durante la celebración del 22 Congreso Nacional Farmacéutico en Sevilla bajo el lema «Somos Farmacéuticos: Asistenciales, Sociales y Digitales», tres adjetivos que definen a la perfección la Farmacia pospandemia. «Hemos dado la cara, la farmacia ha sabido ser proactiva y generar soluciones asistenciales y garantizar el acceso a los medicamentos a los pacientes. Ahora es el momento de seguir avanzando en esta dirección, sin complejos, y que todo lo hecho con éxito en la pandemia sirva de ejemplo para consolidar esas experiencias», aseguró Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (Cgcof), durante la inauguración de esta cita –que ha coincidido con el 80 Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas– y en la que se ha debatido sobre los retos pendientes de la profesión.

Con una población cada vez más envejecida y con mayores tasas de cronicidad, es hora de mover ficha para adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad. Y estos días ha quedado confirmado que el farmacéutico tiene un gran potencial asistencial que, sin embargo, en muchas ocasiones sigue estando desaprovechado por falta de consenso y apoyo político.

Prueba de ello son los nuevos modelos de dispensación, cuyo desarrollo y regulación plantean retos tanto para las funciones de la profesión como para la garantía de calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos. Es el caso de servicios como el de adherencia, a través de los sistemas personalizados de dosificación, el de seguimiento farmacoterapéutico, que permite detectar interacciones y problemas relacionados con el medicamento; la conciliación, para evitar efectos adversos tras un ingreso hospitalario, o la dispensación colaborativa entre farmacéuticos comunitarios y hospitalarios, puesta en práctica en la pandemia. «Muchas de esas cosas han venido para quedarse, pero eso dependerá de los farmacéuticos y sobre todo de la administración y del paciente», aseguró Antonio Mingorance, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

Esta petición la respaldó Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes, quien reclamó que «la farmacia esté más integrada en el SNS, que tenga una mayor comunicación con los sanitarios y que disponga del historial clínico, porque es un agente más cuya participación activa puede tener grandes resultados en la adherencia a los tratamientos». Y en la misma línea se posicionó Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), al defender la importancia de «disponer de una información común en todos los niveles para favorecer la continuidad asistencial».

Nueva Ley de Garantías

Con nuevas propuestas asistenciales sobre la mesa, el sector coincidió al unísono en la necesidad de tener un marco legal adecuado que ampare a los profesionales. De hecho, los máximos representantes del sector farmacéutico aprovecharon la participación del director general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, César Hernández, para mostrarle sus prioridades a la hora de actualizar la Ley de Garantías que está en trámite. Según confirmó el representante del Ministerio de Sanidad, «la voluntad es que la próxima ley dé cobertura a la dispensación colaborativa, pues lo que aprendimos en la pandemia debería quedarse. Falta buscar el soporte legal para ello». Ante esta declaración de intenciones, tanto la industria como la distribución farmacéutica defendieron el trabajo conjunto, respondiendo a la petición de colaboración y diálogo lanzada por Hernández. «Debemos hacer un esfuerzo para lograr una ley buena, que dure años y que piense en el paciente», defendió Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria.

De hecho, con el paciente como centro neurálgico del sistema sanitario, los máximos representantes de las patronales y asociaciones del sector farmacéutico coincidieron en defender que «la farmacia es un aliado del sistema para afrontar los retos del envejecimiento y la cronicidad y sería una pena no aprovechar ese recurso», advirtió Matilde Sánchez, presidenta de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar). En este sentido, Encarna Cruz, directora general de la Asociación Española de Biosimilares (Biosim), defendió que «el desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales es una absoluta necesidad, ya que es lo que demanda la población y es la manera de asegurar que los medicamentos que se ponen a disposición de los usuarios se utilizan correctamente». Un argumento que también apoyó la presidenta de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos, Aeseg, Mar Fábregas, quien se mostró convencida de que «la farmacia facilita que el paciente consiga el máximo resultado en salud con sus medicamentos». Y, tal como apuntó López-Belmonte, «si los pacientes tienen una mejor adherencia y control de sus tratamientos, también lograrán una mejor salud y, con ello, todos salimos ganando, pues se reducen costes sanitarios y se mejora la sostenibilidad del sistema».

Para hacer realidad ese apoyo asistencial de la farmacia es necesario «incorporar a los farmacéuticos a los equipos asistenciales de atención primaria», aseguró el vicepresidente del Cgcof, Jordi de Dalmases, una idea que también apuntó Mingorance al señalar que estamos «ante tiempos de escasez profesional, por lo que no nos podemos permitir un desperdicio de recursos sanitarios como son los farmacéuticos».

Para ponerlo en marcha hará falta avanzar a paso ágil en materia normativa «con el objetivo de que todo aquello que redunde en beneficio del paciente pueda ser llevado a cabo con garantías. Y esto es lo que persigue, por ejemplo, la nueva Ley de Ordenación y Atención Farmacéutica de Madrid, que busca dar seguridad legal a la farmacia en su coordinación con otros profesionales, en servicio a los pacientes», recordó Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Momento de digitalización

Con el horizonte plagado de retos, la farmacia de la pospandemia encuentra en la tecnología una de las principales herramientas para mejorar su capacidad asistencial, razón por la que «la transformación digital es uno de los temas que más preocupación genera en el sector, pero debe hacerse de forma que nadie quede atrás», advirtió el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Manuel Martínez del Peral. Para ello, el sector está de acuerdo en que estamos ante un momento crucial para «apostar por herramientas que hablen el mismo lenguaje, lo que evitará duplicidades, pérdida de recursos y mejorará la labor farmacéutica», aseguró el vicepresidente del Cgcof y presidente del Colegio de Farmacéuticos de Jaén, Juan Pedro Rísquez, quien hizo hincapié en que «este proceso de transformación debe ser liderado por el Consejo General para garantizar la coordinación. De nada sirve que cada comunidad hable con un lenguaje o tenga una herramienta digital propia. La interoperabilidad es clave y para ello debe implicarse tanto la administración como el resto de las profesiones».

Y dado que el entorno digital ha cambiado las reglas del juego resulta imprescindible garantizar la seguridad del paciente a través de un Plan Nacional que cuente con el farmacéutico. «La Salud Pública se puede poner en grave riesgo si no se pone freno a la aparición de plataformas que rompen el binomio de entrega-dispensación de medicamentos y que no tienen encaje en nuestro modelo sanitario», lamentó Raquel Martínez, secretaria general del Cgcof.

Entre las lecciones aprendidas durante la pandemia destaca la necesidad de aprovechar más los recursos farmacéuticos. «Las 22.198 farmacias que hay en España constituyen la mayor red de inteligencia sanitaria del país, por la que diariamente pasan 2,3 millones de usuarios. Cada uno de ellos es una fuente de información, convirtiéndose en un agente de Salud Pública clave, pero que podría ser más activo si se apuesta por ello», aseguró Marta Galipienzo, vicepresidenta del Cgcof. Para hacerlo más sencillo, nace la aplicación «Mi Farmacia Asistencial NDFA», que facilita el registro de información sanitaria y farmacoterapéutica de los pacientes y el trabajo en red de las farmacias. Esta iniciativa consolida la apuesta de los farmacéuticos por fomentar su rol asistencial, convirtiéndose en una palanca de cambio con la que pueden apoyar la transformación del sistema sanitario.

Los desafíos a los que se enfrenta la farmacia son cuantiosos, pero tras el envite de la pandemia se ha demostrado que los farmacéuticos son un agente de salud que sabe, puede y quiere arrimar el hombro.

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