Alimentación
Las cinco peores y mejores dietas de 2023
El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha realizado una clasificación de las cinco peores y mejores dietas protagonistas en España el año pasado.
El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha elaborado un ranking con las cinco peores y las cinco mejores dietas protagonistas en España en el 2023. La clasificación consta de dos listas independientes, en orden descendente de uno a cinco. Entre las no recomendadas destacan la dieta de sustitutos adictivos, la Sirtfood, la famosa dieta de la manzana, la dieta keto o la antidiabética.
El ranking de dietas del IMEO está respaldado por una veintena de expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos endocrinos y cirujanos bariátricos, nutricionistas clínicos y deportivos, dietistas, psicólogos, terapeutas y entrenadores físicos. Todos coinciden: “El fin no siempre justifica los medios a la hora de lograr una pérdida de peso saludable”.
Según explica el Instituto, la clasificación “se nutre de casos reales, estudios científicos y de mercado, novedades y tendencias recogidas en medios y redes sociales, así como búsquedas destacadas en Google”. Las cinco peores dietas recopiladas por los especialistas “carecen de sustento científico” y, a menudo, recurren decisiones “milagrosas y peligrosas”. Según los expertos, tienen un “asegurado efecto rebote y múltiples efectos secundarios que pueden poner en riesgo la salud”.
Las dietas menos indicadas
La dieta de los sustitutos adictivos incluye el alcohol, el tabaco o las pastillas adelgazantes o activadoras del metabolismo para bajar de peso. Con este tipo de dieta, según los autores del ranking, se pueden perder 4 kilos o más al mes, pero “estas sustancias son tóxicas y disminuyen la esperanza y calidad de vida”, debido al deterioro celular que provocan. “Desde IMEO recomendamos eliminar su consumo habitual y frecuente y no utilizarlos como sustituto del acto de comer”, explica la nutricionista del IMEO, Inmaculada Luengo.
Otra dieta “peligrosa” es la Sirtfood, que basa sus beneficios en la acción de las sirtuinas, unas enzimas que reducen el estrés oxidativo favoreciendo la ralentización del proceso de envejecimiento y la pérdida de peso. Su premisa fundamental es incluir en la dieta alimentos que contengan estas sustancias o las activen como, por ejemplo, las manzanas, arándanos, alcaparras, cebollas, col rizada, rúcula, tofu, trigo sarraceno, café, té verde, chocolate negro, nueces, perejil, cúrcuma y aceite de oliva virgen. “A pesar de que está constituida por alimentos sanos, esta dieta consta de tres fases muy hipocalóricas que buscan una rápida pérdida de peso de hasta 3 kilos a la semana”, destacó Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO. Además, existe un “elevado riesgo de desnutrición”.
La tercera dieta no recomendada es la de la manzana. “Como en otras ediciones, hemos incluido en nuestro ranking de dietas poco saludables un ejemplo de monodieta, en concreto de la manzana, que consiste en ingerir solo este alimento durante un periodo largo de tiempo, mínimo dos o tres semanas en el que se pueden perder entre 4 y 6 kilos”, indicó Andrea Marqués, dietista. “Sin embargo, alimentarse a base de manzanas haría que tengamos un déficit de proteínas importante que va a llevar al cuerpo a la pérdida de masa muscular con el consiguiente enlentecimiento metabólico”, apuntó.
La dieta antidiabética incluye también dentro de las poco recomendables. Utiliza inyecciones indicadas para el tratamiento de la diabetes tipo 2, produciendo como efecto secundario la pérdida de peso, ya que desaparece el apetito y aumenta la saciedad. Promete bajar entre 1 y 2 kilos a la semana, o bien entre 4 y 6 kilos al mes. El tratamiento de estas inyecciones consiste en imitar el mecanismo de acción de una hormona (GLP-1) la cual se secreta en el intestino cuando se ingiere comida. La función más importante que realiza es regular los niveles de la insulina y el glucagón, implicados en el control de la glucosa en sangre. “El uso de estas inyecciones produce disminución de los niveles de glucosa en sangre (por aumento de los niveles de insulina y disminución de los de glucagón), un retraso del vaciado gástrico y mayor sensación de saciedad”, explicó la nutricionista Estefanía Ramos. Es necesario que se vaya aumentando de forma progresiva la dosis inicial, porque puede producir náuseas, vómitos, pesadez de estómago, diarrea, estreñimiento, flatulencia y reflujo gastroesofágico.
Por otra parte, la dieta keto promete una pérdida de 2 a 3 kilos a la semana. Es un plan de alimentación que reduce excesivamente los carbohidratos, aumenta el consumo de grasas y modera la ingesta de proteínas, buscando generar en el cuerpo una situación de cetosis similar a la que se produce en una situación de ayuno. Aunque este tipo de alimentación puede ser efectiva para pacientes con crisis epilépticas o como medida de control frente a algunos tipos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o Alzheimer y diabetes mellitus tipo II, al ser capaz de reducir los niveles de glucosa en sangre, “no debería usarse como dieta de uso prolongado en casos de sobrepeso y obesidad por varios motivos”, aseveró la nutricionista Sonia Peinado.
Las mejores dietas
La dieta “Mindfullness” o “Mindful eating” se han convertido en esta práctica de alimentación consciente que, llevada de forma correcta con un estilo de vida activo permite perder entre 2 y 4 kilos al mes. “Debemos entender esta tendencia más como un cambio de estilo de vida que como una dieta estricta, por eso la incluimos en nuestro ranking anual como una opción recomendable”, aseguró la dietista Andrea Marqués. La filosofía ‘mindfullnes’s sugiere dedicar un momento para pensar, si realmente tenemos hambre, si nos gusta y nos apetece cierto plato, saborear cada bocado y masticar despacio sin prisas, ni estrés. Por tanto, el objetivo final es que la persona consiga cambios en sus hábitos alimenticios y de estilo de vida. “En relación a la alimentación, entendemos el ‘mindfulness’ como la capacidad de comer de forma consciente, dejándonos guiar por las señales de apetito y saciedad de nuestro cuerpo, incluyendo todo tipo de alimentos, sin sentir culpa por consumirlos”, añadió Marqués.
En cuanto al ayuno intermitente, los especialistas en nutrición destacan que “podría mejorar nuestro estilo de vida”. “Tendremos un primer ciclo de 16 horas en el cual no se ingieren alimentos y que incluye el descanso nocturno, seguido por una “ventana de alimentación” de ocho horas en la cual se deben repartir las calorías que debemos ingerir en el número de comidas planificadas, siendo lo ideal que no sean menos de tres o más de cinco. “Es más efectivo que otras dietas en cuanto a la reducción de la inflamación y sus enfermedades asociadas, como alzhéimer, artritis, asma, esclerosis múltiple o accidentes cerebrovasculares. Ha sido señalado como herramienta de prevención y tratamiento de distintas enfermedades metabólicas y patologías oncológicas, reduciendo algunos efectos secundarios asociados de la radio o la quimioterapia, ayudando a la reparación de nuestro ADN”, recalcó el portavoz del IMEO Rubén Bravo.
Otra opción es la dieta flexitariana es “saludable y sostenible” con el medio ambiente que promueve una mayor ingesta de alimentos de origen vegetal, siendo al mismo tiempo flexible al incluir, aunque en menor medida, alimentos de origen animal. “La dieta flexitariana no acarrea los déficits en nutrientes más comunes que puedan aparecer en una dieta vegetariana clásica, en concreto de vitamina B12, omega 3 y los ácidos grasos eicosapentaenóico y docosahexaeonico; tampoco conlleva a una baja biodisponibilidad de minerales como hierro, zinc y selenio, ya que, al incluir el huevo, los lácteos y el pescado quedan cubiertos todos estos nutrientes”, explicó la nutricionista Estefanía Ramos.
Por otra parte, la dieta para el cuidado de la microbiota propicia la existencia de enzimas responsables de descomponer los carbohidratos complejos en azúcares simples, lo que hace que los alimentos sean más digeribles y se almacenen menos en forma de grasa. “Una alimentación protectora estaría basara en un menor consumo de carnes procesadas y proteínas fundamentalmente vegetales, así como de grasas monoinsaturadas, vegetales, frutas, legumbres y granos de tipo integral. El uso de prebióticos y probioticos nos puede ayudar a complementar nuestra alimentación mejorando el equilibrio bacteriano”, señaló Peinado.
Otra de las dietas recomendadas es la que elimina los ultraprocesados. Para seguirla, se evitan tanto los alimentos ultraprocesados, precocinados o aderezados con colorantes, saborizantes y conservantes, como aquellos ricos en azúcares, sal y grasas, procurando que todo que se sirva en la mesa sea orgánico. “De entrada, hay que destacar que no se trata de una dieta como tal, sino de un modelo de alimentación saludable que se pueda mantener en el tiempo de manera indefinida y que nos puede ayudar a perder entre 0.5 y 1 kilo a la semana, si se acompaña con la correspondiente actividad física”, concluyó la nutricionista clínica, Carmen Escalada.
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