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Sanidad

Atención a la cronicidad: grandes necesidades con escasos medios

El reconocimiento de nuevas patologías crónicas exige más recursos económicos y de profesionales

Una consulta de atención primaria P.D.A.

En un mundo en el que las técnicas de diagnóstico cada vez son más precisas y las terapias resultan más eficaces, las enfermedades crónicas se convierten en el gran reto del Sistema Nacional de Salud (SNS), con millones de pacientes que año tras año siguen engordando las cifras oficiales.

En este escenario se enmarca el nuevo Plan Operativo 2025-2028 para el Abordaje de la Cronicidad, una nueva estrategia que se aprobó durante el último Consejo Interterritorial del SNS que llena de satisfacción tanto a profesionales, sociedades científicas y asociaciones de pacientes, aunque siembra muchas dudas sobre los escasos recursos, medios económicos y de personal con los que se cuenta actualmente para llevarlo a la práctica a corto y medio plazo. «La cronicidad debe ser el eje del sistema sanitario y todos debemos trabajar en esa línea para que sea una verdadera realidad», reclama Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).

Nuevas patologías

El gran avance que se ha logrado por el momento es el de reconocer a diferentes patologías que estaban infravaloradas como enfermedades crónicas, un adjetivo que implica una atención y un abordaje específico, con mayor seguimiento a largo plazo, además de mayor implicación de los sanitarios. Es el caso, por ejemplo, de la covid persistente, la celiaquía o el dolor crónico no oncológico, además de la incorporación de otras patologías como las enfermedades hepáticas o la enfermedad renal crónica como «problema de salud prioritario y prevalente».

«Hasta ahora nos sentíamos invisibles, incomprendidos, sin ningún apoyo por parte de la sociedad, pero ni siquiera por parte de la comunidad médica, donde según el profesional que te toque te sientes un bicho raro o recibes algo de empatía», lamenta Merche una paciente de covid persistente que lleva desde 2020 conviviendo con esta dura enfermedad que le ha arrebatado la felicidad. «Esto es un paso, pero sabemos que nos queda mucho por andar para que en la práctica nuestra vida resulte más sencilla», augura. Ella padece muchos de los más de 200 síntomas que ya se han descrito de covid persistente, aunque son la fatiga crónica, el deterioro cognitivo, los problemas de sueño o los dolores articulares los que merman su día a día. «Confío en que esta nueva medida ayuda a que contemos con unidades médicas que nos atiendan y nos valoren de forma integral, sin tener que ir peregrinando de un médico a otro todos los meses. O al menos espero que sirva para que no nos dejen a un lado, como pasa ahora, que los propios médicos te dicen que no pueden hacer nada y que toca aguantar. Esa impotencia resulta muy desesperante», denuncia. Por eso, Merche sugiere que gracias a este reconocimiento «podamos contar con ayuda para pagar la rehabilitación que tenemos que hacer o las vitaminas y suplementos nutricionales que tomamos para reducir esas pérdidas de memoria y tener el sistema inmune más fuerte».

Algo más sencillo puede resultar el abordaje de la enfermedad celíaca, donde los protocolos de actuación están más desarrollados y son más equitativos en las diferentes comunidades autónomas. «Lo que queremos es que haya ayudas que permitan que comer sin gluten no sea tan caro, porque esto es una necesidad sanitaria», reclama Alma Aguilar, mamá de un niño con celiaquía.

Prioridad para Sanidad

La incorporación de las enfermedades hepáticas en este documento también ha supuesto una gran satisfacción para la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), cuyo presidente, Rafael Bañares, confía «en que permita revertir el aumento de la prevalencia, a edades cada vez más tempranas, de las enfermedades del hígado asociadas al consumo del alcohol, la obesidad y la diabetes. Estas enfermedades requieren un abordaje integral que combine prevención, diagnóstico precoz, tratamiento, seguimiento y rehabilitación, de ahí que este nuevo consenso nos abra la puerta a conseguirlo». Para ponerlo más fácil, el plan AEEH de Salud Hepática Reto 2032 es un documento que ya sienta las bases y las recomendaciones a seguir en problemas como tan comunes como la esteatosis hepática metabólica, más conocida como hígado graso, que afecta ya a más de 10 millones de españoles.

Por su parte, el reconocimiento de la enfermedad renal crónica también supone un hito «para concienciar a la población de que la detección precoz y el tratamiento temprano del deterioro de la función renal pueden retrasar hasta 20 años el ingreso en diálisis o un trasplante», asegura Emilio Sánchez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología.