
Salud
Amara Aladel, doctora, habla sobre la carne roja: “No sube el colesterol malo, ni da problemas al corazón”
Durante décadas, hemos escuchado una frase que se ha repetido hasta volverse verdad incuestionable: “la carne roja es mala para el corazón”.

Durante décadas, hemos escuchado una frase que se ha repetido hasta volverse verdad incuestionable: “la carne roja es mala para el corazón”. Sin embargo, nuevas investigaciones científicas podrían estar desmontando esta creencia. Según la médica especialista Amara Aladel, los datos actuales no solo cuestionan ese mito, sino que abren la puerta a una reflexión más profunda sobre lo que realmente perjudica nuestra salud cardiovascular.
“Y si te dijera que la carne roja no sube el colesterol malo ni da problemas al corazón. Antes de seguir, quiero recordar que cada caso es único”, advierte Aladel, dejando claro que la medicina personalizada es fundamental a la hora de hacer recomendaciones dietéticas.
Un nuevo estudio de 2024 cambia las reglas del juego
En 2024, un estudio riguroso —publicado en una de las principales revistas científicas de nutrición clínica— analizó múltiples ensayos clínicos controlados aleatorios sobre el consumo de carne roja sin procesar. La conclusión fue clara: no se encontró una relación directa entre la ingesta moderada de carne roja natural y un aumento del colesterol LDL (el llamado colesterol “malo”).
Además, el estudio tampoco detectó efectos negativos sobre los niveles de colesterol HDL (el “bueno”), ni otros indicadores clave de riesgo cardiovascular como los triglicéridos, la presión arterial o los marcadores inflamatorios.
“Lo importante es que no se basa en estudios observacionales, que a menudo están llenos de sesgos. Aquí hablamos de ensayos clínicos bien diseñados, con grupos control y medidas objetivas”, explica Aladel.
Esto representa un giro importante en la narrativa alimentaria que ha dominado durante años. Porque no se trata solo de la carne roja, sino de qué tipo de carne, en qué cantidad y en qué contexto se consume.
El verdadero enemigo: los alimentos ultraprocesados
Lo que sí señala como preocupante la doctora Aladel es el consumo creciente de alimentos ultraprocesados. “Ese sí es un verdadero factor de riesgo cardiovascular, metabólico y general. Ahí es donde deberíamos centrar el debate”, afirma.
Los alimentos ultraprocesados son productos elaborados industrialmente con múltiples ingredientes, aditivos, colorantes, conservantes y grasas trans. Ejemplos comunes incluyen:
- Salchichas, embutidos y carnes reconstituidas
- Bollería industrial
- Snacks empaquetados
- Refrescos azucarados
- Sopas o salsas instantáneas
- Cereales azucarados de desayuno
- Comida rápida industrial
¿Qué pasa exactamente con los ultraprocesados?
La razón por la cual los alimentos ultraprocesados son tan peligrosos es que afectan al cuerpo en múltiples frentes:
- Desequilibran el perfil lipídico: Elevan los triglicéridos, bajan el HDL y pueden subir el LDL.
- Generan inflamación crónica: Algunos aditivos y grasas oxidadas favorecen estados inflamatorios que afectan al sistema cardiovascular.
- Alteran el metabolismo de la glucosa: Suelen tener un índice glucémico alto, provocando picos de insulina y resistencia a la insulina.
- Impactan negativamente en el microbioma intestinal: Lo cual afecta a todo el eje intestino-cerebro-corazón.
- Son hiperpalatables: Es decir, están diseñados para ser adictivos, lo que lleva a un consumo excesivo de calorías sin valor nutricional.
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