
Salud mental
Arthur Brooks (Harvard): "Exponerse al sol, aunque sea unos minutos, cambia tu día a nivel emocional "
El profesor de Harvard explica cómo la exposición moderada a la luz solar influye en el estado de ánimo y la salud emocional

En pleno verano, cuando los rayos del sol se sienten con más intensidad, resurge el debate sobre cuánto tiempo debemos exponernos al sol, sus beneficios y sus riesgos.
Sin embargo, el catedrático y escritor Arthur Brooks propone un enfoque diferente: el sol no es solo una fuente de vitamina D o un tema estético, sino un potencial impulsor de la felicidad, si se utiliza de forma consciente y moderada.
Desde su papel como director del Laboratorio de Liderazgo y Felicidad en Harvard, Brooks ha profundizado en las conexiones entre la luz solar, la ciencia y el bienestar emocional.
En su última columna, publicada en The Atlantic bajo el título “Cómo permanecer en el lado soleado de la vida”, destaca el poder de los hábitos solares para fortalecer nuestra salud mental y emocional.
El sol como regulador natural del estado de ánimo
Brooks parte de una experiencia personal: él, originario de la lluviosa Seattle, puede vivir con o sin sol. Su esposa, nacida en la soleada Barcelona, necesita la exposición solar con frecuencia o su estado de ánimo se ve claramente afectado. Este contraste ilustra cómo la necesidad de luz solar está condicionada tanto por factores biológicos como culturales.
Apoyándose en estudios recientes, como uno desarrollado tras los confinamientos de la pandemia en 2021, Brooks explica que la exposición a la luz solar tiene un “efecto positivo moderado” en la fisiología humana.
En concreto, la luz natural actúa sobre células especializadas de los ojos, las células ganglionares retinianas intrínsecamente fotosensibles, que influyen directamente sobre áreas cerebrales responsables del estado de ánimo y regulan los ritmos circadianos, esenciales para dormir bien y sentirse alerta durante el día.
Beneficios reales, con moderación
Entre los beneficios más destacados de tomar el sol se encuentran:
Producción de vitamina D, relacionada con menores niveles de depresión.
Mejora del sueño gracias a la sincronización de los ritmos biológicos.
Reducción de síntomas del Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que afecta hasta al 9% de la población en los meses más oscuros.
Sin embargo, Brooks es claro: tomar el sol en exceso puede tener efectos negativos. Una exposición prolongada o inadecuada puede aumentar la ansiedad o interrumpir el sueño, especialmente si se produce por la noche o en personas sensibles. La clave está en la dosificación adecuada y en establecer una relación saludable con la luz.

Tres hábitos solares que mejoran tu bienestar
Para integrar los beneficios del sol en la rutina diaria sin caer en excesos, Brooks recomienda tres prácticas simples pero efectivas:
1. Establecer una rutina diaria de exposición solar
Así como uno toma suplementos o realiza ejercicio, dedicar unos minutos al sol cada día ayuda a mantener el equilibrio emocional. No es necesario estar en la playa; basta con caminar al aire libre o sentarse cerca de una ventana soleada.
2. Evitar la luz artificial por la noche
La luz natural es útil por la mañana, pero por la noche puede alterar el sueño y el descanso mental. Por ello, Brooks sugiere reducir la intensidad de las luces en casa durante las horas previas al descanso y, sobre todo, evitar mirar pantallas en la cama,
3. Buscar luz incluso en días nublados o en invierno
Aunque no siempre hay sol visible, la exposición a la luz natural —aunque sea tenue— tiene beneficios. En países con inviernos largos como Finlandia, los estudios han demostrado que la luz artificial intensa también puede aumentar la vitalidad y reducir la depresión estacional. Incluso cinco minutos matutinos pueden marcar la diferencia.
El sol no lo es todo, pero ayuda
Aunque Brooks destaca el poder del sol como un factor complementario de felicidad, también deja claro que no debe convertirse en una obsesión. “No necesitas sacrificar las relaciones cercanas ni otras fuentes fundamentales de bienestar por una búsqueda desesperada de luz solar”, advierte.
El verdadero secreto está en el equilibrio: aprovechar los beneficios del sol sin dejar de priorizar lo esencial, como los vínculos emocionales, el propósito de vida o la gratitud.

Lejos de ser solo una fuente de bronceado, el sol puede convertirse en un potente regulador del ánimo y la salud emocional si se integra en la rutina diaria con sentido común.
Tal como sugiere Arthur Brooks, “puedes convertir al sol del verano en tu aliado en la búsqueda de una mayor felicidad”, siempre que lo hagas desde una perspectiva equilibrada y consciente. Una dosis diaria de luz —natural o artificial— puede ayudarte a mantener el ánimo elevado, a dormir mejor y a vivir con mayor plenitud.
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