Deporte
La mayoría de los ciclistas suben mal las cuestas: esta es la forma correcta de hacerlo
Apretar los dientes y darlo todo hasta la cima es un enfoque ineficiente
Subir una cuesta en bicicleta es un reto hasta para los ciclistas experimentados. Muchos creen que la clave está en apretar los dientes y darlo todo hasta la cima. Sin embargo, este enfoque no solo es ineficiente, sino que puede hacer que las subidas sean más difíciles de lo necesario. Según los expertos, existe una forma más inteligente y efectiva de conquistar esas pendientes.
Menos miedo, más técnica: el poder del entrenamiento con intervalos
"La gente cree que tiene que esforzarse al máximo todo el tiempo, hasta el final de la cuesta", explica Monique LeBrun, experta de fitness. "Pero con un enfoque de intervalos, entrenas tu mente para abordar la subida con calma y control, eliminando la ansiedad que suele acompañar estas secciones del recorrido".
Este método se basa en solo tres entrenamientos clave, diseñados para ayudarte a ganar potencia, ritmo y confianza en las subidas. Lejos de exigirte un esfuerzo constante y brutal, estas rutinas promueven un progreso gradual y estratégico. Uno de los más efectivos es el llamado "Ejercicio de escalera para desarrollar la potencia".
Subir al revés: el truco que usan los ciclistas más eficaces
Bill Strickland, director editorial y ciclista veterano, comparte que durante años ha aplicado este método sin siquiera saberlo. "Me enseñaron que hay que esforzarse al máximo a medida que se llega a la cima, no desde el principio", comenta. "La mayoría lo hace al revés: empiezan fuertes y se desploman a mitad de la subida".
El truco, según Strickland, es distribuir el esfuerzo de forma progresiva: comienza con buen ritmo, aumenta ligeramente la intensidad en el segundo tercio, y guarda lo mejor para el último tramo. Esta táctica permite mantener la energía y el control, y evita el desgaste prematuro que hace que las cuestas parezcan insuperables.
Entrenamientos sencillos, resultados sorprendentes
Este enfoque no requiere equipamiento especial ni complejos planes de entrenamiento. Se trata de aplicar un entrenamiento mental y físico estructurado, que te ayude a controlar el ritmo, entender tus límites y construir la resistencia necesaria para superar pendientes largas o empinadas.
Además, está pensado tanto para ciclistas ocasionales como para competidores experimentados. Y lo mejor: los resultados son visibles rápidamente, sobre todo en rutas que antes te dejaban sin aliento.