¿Por qué algunas personas estornudan cuando miran a una luz brillante?

Cuando algo te irrita o te hace cosquillas en el interior de la nariz, aparece el reflejo del estornudo, que es la forma que tiene el organismo de eliminar cualquier cuerpo extraño o irritación de la nariz. Sin embargo, esta no es la única causa posible de este complicadísimo ejercicio coordinado entre muchos músculos del cuerpo, como los músculos abdominales, los del diafragma o los de la parte posterior de la garganta. Y cuando todos los músculos implicados hacen su trabajo, consiguen que aquello que causa la irritación salga volando por la nariz.

En resumen, el estornudo es una reacción automática e involuntaria sobre la que no tenemos ningún control. Lo único que podemos hacer realmente es tratar de evitar -en la medida de lo posible- los elementos que pueden desencadenarlo, como el polvo, la pimienta, las alergias, la hinchazón del resfriado, etc. Pero, ¿y si lo que desencadena el estornudo es algo tan aleatorio como una luz brillante?

Posiblemente el lector se estará preguntando cómo es posible que algo como la luz pueda provocar el estornudo… siendo algo tan ajeno al sistema respiratorio (que es el que sirve de escenario para que se produzca el estornudo). Bueno, pues es posible. Las personas que lo sufren estornudan al ser sometidos a luces especialmente potentes o cuando ven la luz después de haber permanecido un rato en la oscuridad. Y algunas fuentes aseguran que en torno al 10% de la población “padece” el reflejo de estornudo fótico. Otras fuentes hablan del 35% de la gente. En cualquiera de los casos, es una situación francamente interesante.

¿Qué tiene que ver la luz con el estornudo?

Este trastorno también recibe el nombre de síndrome de ACHOO, que son las siglas Autosomal Dominant Compelling Helioopthalmic Outburst Syndrome. Que se traduciría como “síndrome autosómico dominante de irrupción helio-oftálmica compulsiva”. Al parecer es un trastorno hereditario y en condiciones normales no debería suponer un inconveniente demasiado grande. De hecho, puede dar lugar a más de una conversación divertida.

La ausencia de receptores lumínicos en las cavidades nasales debería significar que la luz no puede estimular el estornudo. Y, sin embargo, este fenómeno todavía ocurre. La mejor explicación (o al menos la más aceptada) es que las personas que padecen el síndrome de ACHOO presentan un cruce de los nervios del rostro, lo que provoca que la respuesta a un estímulo lumínico sea el reflejo del estornudo.

Este fenómeno se produce porque en el cráneo humanos se concentran una enorme cantidad de nervios, que están en constante funcionamiento y que llevan una cantidad ingente de información al cerebro. Al ser una zona tan pequeña, muchos de estos nervios están muy juntos. Por lo que la estimulación de uno puede sentirse también en otro y, por lo tanto, provocar una respuesta inesperada como la del estornudo fótico.

En este caso, los nervios que se están solapando son los de los pares craneales. Concretamente, el trigemio y el óptico. El nervio óptico se sobreexcita al ser expuesto repentinamente a mucha luz; lo que provoca la transmisión de información a la división oftálmica del trigémino, lo que provoca el estornudo.