Bienestar

Lo ha descubierto un español: Este es el peligro de echar siestas largas

Este hábito provoca un 90% más de riesgo de desarrollar fibrilación auricular, según un nuevo estudio español

Mujer echa siesta
Descubren el peligro de echarse siestas largas o hacerlo antes de comerFreepik

En España, a las siestas diurnas o cabecitas que se echan antes de comer se las conoce por múltiples sobrenombres: siesta del borrego, siesta canóniga o canónigo, siesta del carnero, del gorrino... Si bien no es tan famosa como el típico sueño que se coge con el estómago lleno, da tanto gustito como la siesta de la tarde. No obstante, puede que los resultados de un estudio presentado en la última reunión de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrada en Málaga, estén apunto de chafártela.

Y es que, una investigación realizada por el equipo del doctor Jesús Diaz Gutiérrez, del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez de Huelva, ha descubierto que echar más de media hora por la mañana podría casi duplicar el riesgo de una persona de desarrollar un latido cardiaco irregular. Un cambio en el ritmo del corazón puede provocar un latido acelerado, lento o irregular, lo que puede afectar a la capacidad del corazón para bombear suficiente sangre y satisfacer las necesidades del organismo. De prolongarse, puede provocar insuficiencia cardíaca.

Cuidado con las siestas largas

Además, el estudio halló que las personas que toman siestas largas de 30 minutos o más al día tienen un riesgo un 90% más alto de desarrollar el trastorno de ritmo cardiaco llamado fibrilación auricular, en comparación con las que toman unas siestas más cortas. La fibrilación auricular es un ritmo a menudo muy rápido (arritmia) que puede provocar coágulos de sangre en el corazón. También multiplica por cinco el riesgo de accidente cerebrovascular y otras complicaciones relacionadas con el corazón.

"Nuestro estudio indica que dormir durante el día se debe limitar a menos de 30 minutos", comenta en un comunicado de prensa de la sociedad el autor del estudio. Sin embargo, las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales. Aun así, el doctor Diaz Gutiérrez añade "las personas con alteraciones en el sueño nocturno deben evitar depender de las siestas para compensar".

En este estudio, los investigadores monitorizaron a más de 20.000 graduados universitarios españoles. Los participantes se dividieron en tres grupos: los que no hacían la siesta, los que hacían siestas de menos de 30 minutos, y los que hacían siestas de 30 minutos o más cada día. Durante un seguimiento promedio de casi 14 años, 131 participantes desarrollaron fibrilación auricular.

Los que hacían las siestas más largas tenían casi el doble de riesgo de fibrilación auricular (FA), en comparación con los que hacían siestas más cortas, según el primer análisis. Por otra parte, las personas que no hacían la siesta no tenían ningún aumento en el riesgo de FA, en comparación con los que hacían siestas cortas.

Al observar más de cerca a los que hacían siestas cortas, los investigadores encontraron que los que hacían siestas de menos de 15 minutos tenían un riesgo un 42% más bajo de desarrollar FA, mientras que los que hacían siestas de 15 a 30 minutos experimentaban una reducción de un 56% del riesgo, en comparación con los que hacían siestas largas.

"Los resultados sugieren que la duración óptima de la siesta es de 15 a 30 minutos", comenta Diaz Gutiérrez, aunque añade que "se necesitan unos estudios de mayor tamaño para determinar si una siesta corta es preferible a no hacer la siesta en lo absoluto".

Hay muchas explicaciones potenciales para el vínculo entre las siestas y la salud. "Por ejemplo, unas siestas diurnas largas podrían alterar al reloj interno del cuerpo (el ritmo circadiano), lo que conduce a un sueño nocturno más corto, más despertares nocturnos y una reducción en la actividad física", apunta el doctor. "Al contrario, unas siestas diurnas cortas podrían mejorar el ritmo circadiano, reducir los niveles de presión arterial y reducir el estrés".

Además, las siestas largas han demostrado aumentar el riesgo de ictus. Ver: [[LINK:INTERNO|||Article|||https://cms.larazon.es/6433dfda4e9cb0e42bf4d4d3|||Dos factores que sabotean tu sueño aumentan el riesgo de ictus y alzhéimer]]