Opinión

Los defensores torticeros de la cubanización sanitaria

A la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública más bien habría que denominarla Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Socialista

Sanidad ahorra 20 millones al asumir operaciones de las privadas
Sanidad ahorra 20 millones al asumir operaciones de las privadaslarazon

La supuesta privatización sanitaria es el mantra preferido por la izquierda y la extrema izquierda para tratar de amarrar votos entre el electorado que ya tiene cautivo y arañarlos entre el que duda hasta última hora del sentido de su sufragio y está desinformado. Hasta la fecha, esta estrategia tan burda como cansina ha sido un rotundo fracaso en regiones como Madrid, en donde Isabel Díaz Ayuso arrasa con todos los rivales que se le ponen en medio, Pablo Iglesias incluido. También en el resto de comunidades. Las pasadas autonómicas certificaron el hundimiento de PSOE y los partidos radicales que le ayudan a sostenerse en el Gobierno, y la subida disparada del PP.

Inasequible al desaliento, este grupo vuelve a la carga, aunque ahora lo hace a través de una de las organizaciones que le sirven de ariete en el sector sanitario, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), a la que más bien habría que denominar Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Socialista, por su apoyo incondicional a la cubanización sanitaria y a la gestión sanitaria izquierdista, y sus ataques obsesivos a las comunidades conservadoras, con especial inquina a Madrid. En lugar de exigir enérgicamente al Gobierno de izquierdas más fondos para la sanidad y cambios legislativos que mejoren su gestión, reitera una y otra vez sus soflamas pancarteras y llega a considerar como indicio de privatización en sus informes la suscripción de seguros privados por la población o la elección de la Sanidad privada que hacen los funcionarios de Muface. Obviamente, Madrid sale malparada y también las comunidades que cambiaron de color. El Gobierno, responsable de que la sanidad no reciba ni un 7% del PIB, se va de rositas.