Estudio
Descubren cuáles son las consecuencias de dormir poco desde el embarazo hasta los dos o siete años después del parto
Dormir poco en el embarazo afecta al bebé. Pero dormir menos de siete horas también afecta a la salud cardiometabólica de la madre
Dormir menos de 7 horas en el embarazo afecta al bebé, pudiéndole causar alteraciones en el desarrollo neurológico. Pero dormir poco también afecta a la madre durante el embarazo, así como años después de llegar a casa con el recién nacido.
Con el fin de investigar si la falta de sueño persistente durante el embarazo y después del parto está asociado con incidentes de hipertensión y síndrome metabólico (caracterizado por la coexistencia de hipertensión, resistencia a la insulina, obesidad y dislipidemia, lo que aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovascular), un equipo de investigadores liderados por Minjee Kim, de la Universidad de Northwestern, en Illinois, EE UU, siguió a 3.922 mujeres gestantes que nunca antes habían dado a luz durante el embarazo y de 2 a 7 años después del parto.
Las participantes tenían 18 años o más (27,3 años de media) en el momento de inscribirse en el estudio de seguimiento de la salud cardíaca de las futuras madres y fueron ellas las que fueron autoinformando de la duración de su sueño.
Pues bien, tras este seguimiento, los investigadores hallaron que la duración del sueño persistentemente corta, de menos de 7 horas, se asoció con un mayor riesgo de incidencia de problemas cardiometabólicos, pero no hubo asociación con incidentes de hipertensión.
Este hallazgo sugiere que tener un sueño persistentemente corto durante y después del embarazo puede ser un factor importante asociado con el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas.
El estudio también arroja datos como que las mujeres negras no hispanas y las solteras tenían significativamente más probabilidades de experimentar un sueño corto de forma persistente en comparación con los participantes blancos no hispanos y casados.
Ante estos resultados y teniendo en cuenta que la prevalencia del síndrome metabólico va en aumento en los EE UU, especialmente en mujeres de 20 a 39 años, los investigadores sostienen que se deberían realizar estudios a futuro para explorar si las intervenciones dirigidas al sueño durante y después del embarazo se asocian con mejores resultados de salud cardiometabólica, particularmente entre las poblaciones en mayor riesgo.